Las cifras de los gigantes bancarios de Estados Unidos, aunque espectaculares en algunos casos, desvelan que aún es pronto para echar las campanas al vuelo
17 oct 2009 . Actualizado a las 12:54 h.Unos ganan y otros pierden. Algunos de los grandes bancos americanos que en los últimos días han hecho públicos los resultados del tercer trimestre del ejercicio han batido las expectativas de los analistas. Es el caso de JP Morgan y Goldman Sachs. Otros, como Citigroup o el Bank of America han defraudado con sus cifras. Pero incluso entre los que presumen de cuentas, no todo es optimismo. Para todos, los que ganan y los que pierden, el principal problema pasa por las elevadísimas tasas de morosidad que soportan y que los obligan a tirar de reservas. Y además, a esos impagos se suma la incertidumbre que planea sobre la evolución del consumo de los ciudadanos.
El primero en dar cuenta de sus resultados fue JP Morgan Chase. Y los datos fueron espectaculares. La entidad obtuvo en ese período un beneficio neto de 3.600 millones de dólares (2.421 millones de euros), cuando en el mismo trimestre del ejercicio anterior había ganado solo 527 millones. Pero donde mejor se aprecia el salto es en el beneficio por acción: si entre julio y septiembre del 2008, se situó en nueve centavos por título, en los mismos meses de este año ha alcanzado los 82. Es decir, casi se ha multiplicado por diez.
Después de JP Morgan, llegó el turno de otro gigante: Goldman Sachs, que puso sobre la mesa unas ganancias de 3.200 millones de dólares, lo que supone cuadruplicar los beneficios obtenidos doce meses antes. Casi al mismo tiempo veían la luz las cifras de Citigroup, que arrojan unas pérdidas de 3.200 millones de dólares, aún más de lo que perdió en los mismos meses del 2008, cuando los números rojos alcanzaron los 2.900 millones de dólares.
Otra de arena
Los últimos datos en conocerse, ayer mismo, son los del Bank of America y tampoco resultan precisamente alentadores. Fueron 2.240 millones de dólares los que la entidad perdió entre julio y septiembre. Los máximos responsables del banco achacaron los pésimos resultados al hecho de que en esos tres meses los créditos impagados se elevaron hasta los 10.000 millones de dólares, mil millones más que un año antes.
Y ahí es precisamente donde radica el problema. Una de las principales fuentes de ingresos de las entidades la constituyen las actividades relacionadas con los préstamos, las tarjetas de crédito y las hipotecas. Y, son muchos los ciudadanos estadounidenses ahogados por la crisis que no pueden hacer frente al pago de las deudas contraídas con la banca. Los consumidores no devuelven ese dinero y las entidades tienen otro camino que asumir las pérdidas.
El ejemplo más dramático es el de Citigroup, que desde que estalló la crisis ha tenido que asumir más de 100.000 millones de dólares en pérdidas por estos conceptos. Incluso JP Morgan, con unos magníficos resultados en la mano, ha tenido que reconocer que entre los meses de julio y septiembre ha encajado un quebranto de 700 millones en su división de tarjetas de crédito. Hace un año, esa parte del negocio aún le reportaba unas ganancias de 292 millones de dólares. Precisamente, el presidente ejecutivo del banco, Jamie Dimon, ha asegurado esta misma semana en un comunicado: «Si bien estamos viendo algunas señales de estabilización en el crédito al consumo, no estamos seguros de que esa tendencia continúe».
Citigroup y el Bank of America siguen respaldados por el Gobierno, que en el caso del primero, ha tenido que acudir tres veces a su rescate. Mientras, JP Morgan y Goldman ya han devuelto a las arcas públicas las ayudas recibidas y, de esta forma, se han librado también de las obligaciones impuestas por la Administración, sobre todo, en cuestión de sueldos y bonificaciones a los altos ejecutivos.
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