Cameron advierte a los británicos que las medidas para atajar la crisis cambiarán su modo de vida durante años
ECONOMÍA
Los británicos se enfrentan a un futuro de esfuerzo, sangre, sudor y lágrimas para poder remontar el enorme déficit público que arrastra el país, mayor incluso de lo que se pensaba. Este fue el mensaje, directo y crudo, que lanzó ayer el primer ministro, David Cameron, y cuyo objetivo no es otro que el de ir preparando a la población para las medidas de austeridad a las que tendrán que hacer frente en breve, las más duras en casi cuatro décadas, y que serán presentadas por el ministro de Economía, George Osborne, el próximo día 22 en el marco de unos Presupuestos Generales de emergencia.
Cameron no llegó a emplear la famosa frase de Winston Churchill anunciando a sus conciudadanos la amenaza del ejército nazi, pero quiso dejar bien claro que el país se enfrenta a una situación financiera cercana a la ruina, con un déficit superior a los 177.000 millones de euros, equivalente a casi el 13% del PIB. La deuda es tal, que si no se adoptan las medidas a las que está dando cuerpo Osborne, los intereses alcanzarían en cinco años la cifra de 84.000 millones de euros, una cantidad superior a la que el país dedica a la educación de sus futuras generaciones o a su defensa. «Hacemos frente a años, quizás décadas, de dolor», indicó Cameron, debido, dijo, «a que el país ha vivido por encima de sus posibilidades bajo el anterior Gobierno. Y advirtió: «Nuestro modo de vida se verá afectado durante años por el intento de recuperar la estabilidad financiera», a lo que añadió: «El legado que nos han dejado [el anterior Gobierno laborista] es tan pésimo que las medidas para afrontarlo serán inevitablemente duras, pero la situación de la gente será peor a menos que hagamos algo ahora.»
Los principales recortes que planea el Ejecutivo británico afectarán a las prestaciones sociales -el viceprimer ministro, Nick Clegg, ya se ha apresurado a afirmar que no serán tan severos como los aplicados por Margaret Thatcher en los ochenta-y a los salarios y contrataciones del sector público. «Tenemos que centrarnos en aquellas áreas en las que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades», indicó Cameron. El Ministerio de Empleo y Pensiones es una de las carteras en las que Cameron tiene la intención de meter la tijera, recortando algo más del 20% de su presupuesto, en especial, revisando y devolviendo al mercado laboral a todos aquellos que han estado reclamando injustamente durante años subsidios por incapacidad; o reduciendo las ayudas por hijos a los matrimonios cuyos salarios conjuntos superen los 30.000 euros.
Además, los funcionarios que perciban sueldos superiores a los 20.000 euros verán congeladas sus retribuciones el año próximo, y el IVA subirá desde el 17,5 al 20%.