En marzo del 2007, la lista de Forbes consagró a Enrique Bañuelos, un empresario valenciano de 40 años, como el tercer hombre más rico de España. Su compañía, Astroc, llevaba menos de un año en Bolsa y sus acciones, que habían empezado cotizando a 6 euros, lo hacían entonces a casi 70. La empresa había crecido al amparo de las recalificaciones en la Comunidad Valenciana, contaba con una reserva de suelo de diez millones de metros cuadrados y grandes proyectos de urbanizaciones con campo de golf. Pero, en abril, al mes siguiente de la publicación de la lista de Forbes, Astroc se derrumbó en la Bolsa (perdió el 61% de su valor en solo una semana), y en julio Bañuelos dimitió.
Bañuelos buscó fortuna en Brasil, y ha conseguido rehacerse. Agre, su inmobiliaria, acaba de fusionarse con la primera empresa del sector del país, PDG Realty. Mientras, en España, Astroc se ha convertido tras varios cambios en Quabit, que trata romper lazos con el pasado y esta semana decidió el traslado de su sede a Madrid.
En febrero del 2008, la junta de accionistas cambió el nombre de Astroc, en la que habían entrado Nozar y Rayet, y que pasó a denominarse Afirma. Nacía con unos activos valorados en 3.420 millones de euros y fondos propios superiores a 1.200 millones. Menos de un año después, Nozar (que llegó a controlar el 24% de la nueva inmobiliaria) entraba en concurso de acreedores y Rayet se hizo con más de la mitad del capital. Al cierre del 2009, Afirma mantenía unos activos de 1.886 millones y una deuda de 1.481 millones.
En enero, Afirma y Rayet lanzaron Quabit Inmobiliaria, con una división de autopromoción inmobiliaria (un negocio para formar cooperativas o comunidades de propietarios, gestionándoles el acceso al suelo y desarrollar luego las promociones). Desde mayo, Quabit sustituye a la antigua Afirma en Bolsa. La empresa no solo trasladará su sede social de Valencia, donde Bañuelos levantó Astroc, a Madrid. Según la propia compañía, sus objetivos inmediatos son reducir su stock (1.576 pisos) y rebajar su deuda por debajo de los mil millones.