A cierre del pasado mes de junio, bancos y cajas adeudaban al BCE la cifra de 126.300 millones de euros.
14 jul 2010 . Actualizado a las 22:00 h.Ya lo advirtió hace ahora un mes el presidente de BBVA, Francisco González: «los mercados financieros han retirado su confianza en nuestro país; y si el Estado encuentra dificultades para financiarse, aún más las entidades». Ese aviso de emergencia tenía una poderosa razón de ser. Ahora sabemos que el sistema interbancario está cerrado a cal y canto y que bancos y cajas acuden en masa al Banco Central Europeo (BCE) a financiarse. Tanto que, a cierre del pasado mes de junio, adeudaban al organismo presidido por Jean Claude Trichet la cifra récord de 126.300 millones de euros.
Ese monto supone un incremento del 78,6% respecto a la misma fecha del pasado año, según los datos de Financiación en el Eurosistema ofrecidos este miércoles por el Banco de España. Lo llamativo de la cifra es también el repunte respecto al saldo adeudado en mayo, que fue del 47,5%, lo que evidencia los enormes problemas que bancos y cajas tienen para encontrar quien les preste dinero entre sus competidores. Esta situación deviene de un problema de confianza en la capacidad de recuperación económica española, acrecentado por los malos augurios de algunas instituciones internacionales.
Frente a unas cifras globales de financiación al eurosistema a la baja, la cuota española no deja de crecer y se sitúa ya en niveles que suponen tres veces en peso del Producto Interior Bruto (PIB) nacional dentro del eurosistema, que ronda un 9% del total. Los 126.300 millones suponen la cantidad más alta nunca registrada desde que existe la estadística del Banco de España, iniciada en 1999. Los datos revelan un angustioso mes de junio para los bancos y cajas españoles, que aguardan la publicación la semana que viene de los conocidos como test de estrés.
Garantía
El Banco Central Europeo (BCE) ya ha advertido que hará todo lo que esté en su mano para garantizar la liquidez en el sistema, pero también ha recordado a las entidades que no tiene previsto realizar emisiones extraordinarias a un año de plazo como la que venció el día 1 de julio y cuya devolución por parte de las entidades (debían reportar 442.000 millones) generó días de pánico en las bolsas, en especial en la española. Al final no hubo demasiados problemas aunque, eso sí, el BCE tuvo que adjudicar a 78 entidades 111.237 millones a seis días y al 1% para ayudar a sus deudores.
El Gobierno ha repetido hasta la saciedad que los ataques a la solvencia de las entidades españolas son infundados, pero el mercado parece no creer demasiado al Ejecutivo amparado en el insistente argumento de la elevada deuda exterior de España y en la creencia de que las reformas para contener el déficit público van demasiado lentas. Sea como fuere, la «fotografía» certera que ofrecerán los test de estrés dejarán a cada cual en su sitio y aclararán las cosas.
Para evitar problemas, y a modo preventivo, según ha subrayado la ministra de Economía, Elena Salgado, España va a pedir antes del próximo jueves que se prorrogue el Fondo Ordenado de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Un paso con el que el Gobierno se guarda un as en la manga, el de poder atender a eventuales necesidades capitalización de entidades españolas si los test resultaran negativos. El FROB cuenta con una capacidad teórica aprobada de 99.000 millones de euros de los que hasta ahora se han dispuesto 11.000.
Además, el Ejecutivo ha aprovechado la reciente reforma de la ley de cajas de ahorros para introducir un apéndice dedicado al FROB, en virtud del cual el fondo podrá inyectar dinero en entidades sin problemas (sin necesidad de ser intervenidas ni fusionarse) pero con necesidades de capital.
Goldman Sachs dio este miércoles la «sorpresa» al asegurar que una vez conocidos los test la atención de desviará de los bancos españoles a los alemanes. Al tiempo, Standard & Poors lanzó un capote a los grandes bancos nacionales (Santander y BBVA) al confirmar sus ratings en virtud de su notable capacidad para resistir las crisis global y española.