Wall Street salva a la Bolsa española del primer batacazo del año, después de que el Ibex llegara a caer un 2,9%
06 ene 2011 . Actualizado a las 02:00 h.Por si quedaba alguna duda al respecto, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, lo dejó ayer muy claro: este será un año «muy doloroso» y complicado para la mayor parte de los socios de la Unión Europea, sumidos en una grave crisis económica. En la primera rueda de prensa del 2011, el ex primer ministro luso comentó que el ejercicio que acaba de empezar se presenta «plagado de retos», entre ellos la necesidad de llevar a cabo amplias reformas estructurales, además de una indispensable consolidación fiscal en los 27 socios.
«No estamos luchando solo en pro de la estabilidad financiera, también estamos construyendo las bases de una arquitectura más fuerte y duradera para la economía europea. Tenemos que tener esto en mente», aseguró tajante. «En el 2011 seguiremos persiguiendo la consolidación fiscal, las reformas del sistema financiero y el crecimiento económico», añadió
Con todo, Barroso se mostró confiado en la capacidad de Europa para afrontar la difícil situación y salir airosa de ella. «En la UE tenemos los instrumentos para actuar y si es necesario adoptaremos otros nuevos para garantizar la estabilidad financiera de la eurozona», dijo.
El jefe del Ejecutivo comunitario tampoco quiso dejar pasar la ocasión de expresar nuevamente su «confianza» en que los esfuerzos que están realizando España y Portugal para salir del pozo darán pronto sus frutos.
Stiglitz y el euro
El que también auguró ayer tiempos difíciles para la eurozona fue el ex economista jefe del Banco Mundial y premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, quien considera que el euro podría desaparecer si no se adoptan las medidas necesarias para asegurar su estabilidad a largo plazo. En su opinión, la situación fiscal de países como España sigue siendo «precaria». En una entrevista al diario francés Libération , el nobel afirma que los rescates acordados por la Unión Europea suponen solo un «respiro temporal para los pequeños países». En este sentido, insta a la UE a adoptar un fondo solidario de estabilidad a largo plazo, porque sin «políticas apropiadas y sin instituciones saneadas» el euro podría no sobrevivir.
La moneda única es un mecanismo, explica el economista, que aporta beneficios, pero que «no deja de ser un medio y no un fin. Una divisa común da fuerza. Pero si no se le apoya con las reformas necesarias, puede convertirse en un elemento de debilidad», agrega.
Y lo acontecido ayer, por momentos, en los mercados, es una buena muestra de las dificultades de las que hablan Barroso y Stiglitz. En una jornada marcada a fuego por las dificultades con las que se topó el Tesoro portugués para colocar su deuda, el Ibex 35 llegó a caer poco después del mediodía casi un 3%, con la banca, como no, como principal lastre. Al final, la sangre no llegó al río y el varapalo quedó reducido a un traspié del 0,88%. El punto de inflexión lo marcaron las primeras referencias procedentes de Wall Street. El dato de creación de empleo del sector privado en Estados Unidos triplicó las previsiones de los analistas, y el índice ISM de servicios creció al mayor ritmo desde el 2006. Nueva York se agarró a estos datos para salir de pérdidas y allanó el camino a la remontada europea.
Lo que no varió fue el protagonista de la mayor subida del día. Iberia está dando continuidad en este comienzo de ejercicio a la racha alcista de la que disfrutó en el 2010 y que la acabó aupando hasta el primer puesto del ránking de los más rentables del ejercicio, con una subida del 68%, al calor de su inminente fusión con British Airways. Los títulos de la aerolínea se revalorizaron ayer un 1,06%.