Los graves disturbios en el país africano zarandean las bolsas, y el Ibex encaja la mayor caída del año
22 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Primero Túnez, luego Egipto, ahora Libia y, por el camino, revueltas en buena parte del mundo árabe (Argelia, Irán, Bahréin, Yemen, Jordania...). Tensiones, y muchas, en los territorios donde se gesta un tercio de la producción mundial de petróleo. Como para echarse a temblar. Y eso, precisamente, fue lo que hicieron ayer las bolsas europeas.
La más perjudicada, la de Milán (cayó un 3,6%), por los profundos lazos que mantienen las empresas italianas con Libia. Y como muestra un botón: ENI, la mayor petrolera transalpina producía en el 2009 más de 240.000 barriles diarios de crudo en el país africano, además de operar el gasoducto que une Libia e Italia a través del mar Mediterráneo. Tampoco fue un día precisamente propicio en la Bolsa española, donde el Ibex sufrió el mayor varapalo del año, del 2,33%. Un castigo que acabó desalojándolo de los 11.000 puntos (cerró en 10.810,5). Ni uno solo de los 35 valores que lo integran se salvó de la quema.
Y, mientras, en el mercado internacional del crudo, la amenaza de problemas en el suministro disparaba las cotizaciones. Tanto es así que el barril de brent -la referencia en Europa- llegó a sobrepasar el listón de los 105 dólares, algo que no sucedía desde septiembre del 2008, justo cuando el mercado comenzaba a relajarse, poniendo tierra de por medio respecto al techo histórico de 147,5 dólares alcanzada dos meses antes.
Libia bombeó crudo en enero a un ritmo de 1,57 millones de barriles diarios, según datos de la OPEP. Una cifra equivalente al 8% del consumo de Estados Unidos. El país, que cuenta con las mayores reservas de petróleo de África, es ahora el noveno que más produce en el seno de la organización de exportadores. Y algunos líderes tribales ya han amenazado con hacer todo lo posible para interrumpir las exportaciones de oro negro si continúa la opresión de Gadafi sobre la población.
Evacuación
Por lo demás, la violencia que azota al territorio libio ha provocado ya que varias de las multinacionales que llevan a cabo perforaciones en el país norteafricano hayan decidido suspender sus actividades y repatriar a sus empleados, incluida Repsol.
En definitiva, un clima de incertidumbre que amenaza con prolongarse en el tiempo. De ahí que muchos inversores hayan optado por buscar refugio en los búnkeres habituales. El más solicitado, el oro, cuya cotización sobrepasó ayer la barrera de los 1.400 dólares por onza y se acerca otra vez al récord establecido a principios de enero en 1.423,57 dólares. Algo similar ocurrió con la plata, que se mueve en los precios más altos en más de treinta años. Una onza fina (31,1 gramos) de este metal se pagaba ayer a más de 33 dólares en Londres.
El BCE ya ha dejado entrever que la subida de los precios del crudo supone una amenaza para la inflación, abriendo así la puerta a una indeseable subida de los tipos de interés.