El BCE prepara una subida de tipos en la zona euro

Colpisa / AFP

ECONOMÍA

Según los expertos, el ascenso de la inflación de los últimos meses hace inevitable el incremento.

06 abr 2011 . Actualizado a las 21:14 h.

Las principales economías de la eurozona, con Alemania y Francia a la cabeza, absorberán sin problemas la más que probable subida de los tipos de interés del BCE, aunque esa decisión podría agravar, según los economistas, las diferencias con los países más afectados por la crisis y donde la actividad se recupera con lentitud, España entre ellos. El Banco Central Europeo (BCE), con sede en Fráncfort, se apresta a subir el jueves el precio oficial del dinero, que se encuentra fijado en un mínimo histórico de 1% desde mayo del 2009.

La mayoría de los operadores del mercado dan por seguro el aumento. La inflación alcanzada en la zona euro, que el pasado marzo ascendió al 2,6%, la hace «inevitable», dijo a la AFP el economista jefe del gabinete Markit, Chris Williamson. La autoridad monetaria europea, que tiene como principal objetivo velar por la estabilidad de los precios, se ha marcado un techo del 2% de inflación que no debe ser superado en sus proyecciones a medio plazo.

Sin embargo, numerosos expertos se interrogan sobre la conveniencia de subir los tipos en momentos en que Europa enfrenta a la crisis de la deuda y a un crecimiento todavía débil, lastrado por los planes de recortes presupuestarios. «Aumentar ahora el precio del dinero sería un error», escriben los analistas de Ernst&Young.

Las opiniones contrarias a la subida de tipos recuerdan que la inflación ha subido a causa de la escalada del petróleo y consideran poco probable que repercuta en un alza generalizada de los precios y menos aún de los salarios. Natacha Valla, de Goldman Sachs, evoca que «aún hay una gran capacidad ociosa (de la industria) y mucho paro» y descarta por ello presiones salariales que justifiquen una intervención inmediata del BCE con el endurecimiento de su política monetaria.

Las principales preocupaciones por los efectos de esa medida afectan a los países con economías más frágiles, como Grecia, Irlanda y Portugal, en momentos en que se ve una clara diferencia de velocidades en el crecimiento europeo. La expansión de la actividad en España despega muy lentamente, y podría verse «tocada» por el encarecimiento de la financiación, aunque la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, ha afirmado que una subida moderada puede ser asumible.

«Es muy difícil concebir una política que siente bien a todos», comentaba recientemente Pier Carlo Padoan, economista jefe de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Otros expertos han apuntado los efectos igualmente negativos que la subida del precio oficial del dinero puede tener para el sector exterior, al hacer menos atractivo el euro y perjudicar a las exportaciones europeas en momentos en que los países más afectados por la crisis buscan ganar competitividad.

Los economistas identifican otras correas de transmisión entre el alza de los tipos -una decisión de política monetaria- y la economía real. La más visible es el endeudamiento de los hogares y de las empresas en países como España y Portugal, donde la práctica generalizada es contratar préstamos a tipo variable, a los que se trasladan de forma automática los incrementos decididos por el BCE. De manera general, cuando suben las tipos la deuda se encarece, se reduce la capacidad de inversión y del poder adquisitivo, y todo ello ralentiza la actividad.

Pero esos efectos dependen de la intensidad del aumento y de la perspectiva de que haya otras en los meses siguientes. Si el aumento del jueves se limita a 0,25 puntos porcentuales (como auguran la mayoría de los observadores) y si no prefiguran otros aumentos inmediatos, el incremento será casi simbólico. Esa es probablemente la intención del BCE: enviar un mensaje para frenar las tensiones inflacionistas.