Estudia la posibilidad de premiar a sus accionistas con un dividendo mensual.
01 jun 2011 . Actualizado a las 20:42 h.El perro Pancho que se fugó con un premio y el enigmático calvo que promocionaba el Gordo navideño ya forman parte del imaginario popular. Loterías y Apuestas del Estado quiere aprovechar este tirón, y se plantea colocar entre los ahorradores domésticos hasta un 60% del 30% de su capital -unos 6.500 millones como poco- que prevé sacar a Bolsa el próximo noviembre. También se plantea otros incentivos para captar a los inversores minoristas, entre ellos el reparto mensual de dividendos, cuando es habitual en las compañías el reparto anual, con anticipos a cuenta en periodos más cortos. El porcentaje de ganancias a distribuir podría estar en torno al 80%.
La oferta busca ejercer un atractivo parecido al que, a finales de los años sesenta, alcanzaron las 'matildes', así bautizadas porque el actor José Luis López Vázquez, anunciaba a gritos a su mujer que ya le había comprado acciones de Telefónica.
Las acciones de Loterías podrían ser las nuevas 'matildes'.
La operación es la mayor salida a Bolsa que se llevará a cabo en la historia de los mercados españoles y reúne el atractivo adicional de ser un negocio poco vinculado a las vicisitudes del ciclo económico. Cuando llegan las vacas flacas, los ciudadanos siguen jugando, con la esperanza de que un 'golpe de suerte' pueda cambiar el rumbo de sus vidas.
Dependiendo de que se tome en cuenta o no el potencial de los nuevos juegos, un eventual desarrollo internacional -a través de la exportación de tecnologías-, y de los programas de recortes de costes, el valor patrimonial de la sociedad podrá superar con creces la cifra estimada de 21.000 millones de euros, de manera que la colocación estará en condiciones de rebasar los 6.500 millones de euros de los primeros cálculos.
El récord actual de ofertas públicas de venta lo tiene Endesa, cuya última oferta de acciones data del verano de 1998. Aquel año, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) colocó 306,80 millones de acciones de la compañía eléctrica, equivalentes al 29,5% del capital. El Estado ingresó por aquella colocación 6.250 millones de euros, gracias sobre todo a las suscripciones de los inversores particulares, que compensaron el escaso interés de los institucionales.
Margen de maniobra
El calendario establecido revela que la salida a Bolsa de Loterías no interferirá con los planes de las cajas de ahorros.
Bankia y Banca Cívica intentan captar inversores antes del verano, o en el mes de septiembre, en el peor de los casos. Aurelio Martínez, presidente de Loterías y Apuestas del Estado (LAE), explicó en un desayuno organizado por Nueva Economía Forum que a finales junio se cerrará la elección de los bancos que actuarán como coordinadores generales.
La asesoría jurídica de la operación ya se ha asignado a Clifford Chance a nivel internacional, mientras que el bufete Uría y Menéndez ha sido elegido para el asesoramiento jurídico nacional.
PricewaterhouseCoopers (PwC) Asesores de Negocios, se encargará del servicio de asesoramiento estratégico. Los analistas podrán examinar los detalles de la operación
después del verano, y el proceso de colocación arrancará en octubre. Todo lleva a pensar que, si las circunstancias económicas se mantienen, y la evolución de los mercados no lo desaconseja, Loterías empezará a cotizar en Bolsa a primeros de noviembre.
Aunque los planes iniciales se limitan a sacar al mercado el 30% del capital del organismo, la privatización podría llegar en sucesivas fases hasta un 49%, con la garantía de preservar la mayoría en poder del Estado. No obstante, el presidente de la sociedad, consideró «una garantía», la permanencia de una significativa cuota de la empresa en manos públicas.
Rebajar deuda
La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, presentó a Martínez en el encuentro informativo. En realidad, es un antiguo conocido de los inversores, porque antes de ser designado para presidir Loterias, dirigió Navantia, y anteriormente el Instituto de Crédito Oficial (ICO), durante un largo periodo.
La ministra explicó que la privatización del organismo público que explota los juegos de azar se lleva a cabo por razones de eficiencia, y no con la finalidad de reducir el déficit público.
Los fondos que se recauden no podrán destinarse a rebajar los 'números rojos' de las cuentas del Estado, aunque servirán para recortar la necesidad de las emisiones que lleva a cabo el Tesoro con el fin de aliviar el volumen de deuda o cubrir las amortizaciones. Por añadidura, Salgado argumentó que la venta de una parte del negocio responde al objetivo de «mejorar la rentabilidad y la eficiencia».
Martínez se declaró consciente de que las 'loterías' han de hacer frente a una competencia cada vez más potente. El juego 'en la red' marcará en futuro, reconoció, pero optó por considerarlo «una oportunidad» a la que apuntarse. Su potencial es muy grande, pese a que el volumen de negocio que hoy genera se limite a unos 600 millones de euros anuales, frente a los 30.000 del conjunto de las operaciones.