El Gobierno estadounidense va a denunciar a doce grandes bancos de su país por provocar la crisis económica del año 2008. Según ha publicado el diario The New York Times, el gabinete de Barack Obama está ultimando las demandas contra algunas de las mayores compañías financieras de su país, como Bank of America, JP Morgan y Goldman Sachs.
Washington los acusa de vender productos financieros basados en las hipoteca basura o subprime (de alto riesgo). Cuando la burbuja inmobiliaria estalló porque muchos de los prestatarios de esos créditos no pudieron pagarlos, el hundimiento del valor de los títulos que estaban basados en ellos arrastró a todo el sector financiero y provocó la crisis económica mundial más grave desde la Gran Depresión.
El Gobierno de Obama acusa a los grandes bancos de incumplir un aspecto muy importante de la ley, que los obligaba a comprobar la veracidad de los datos económicos que presentaban los clientes que les solicitaban préstamos hipotecarios, muchos de los cuales los inflaron o falsificaron. La falta de información verdadera sobre la capacidad financiera real de esas personas fue lo que provocó, según el Gobierno estadounidense, todo el desastre.
Un crac del que se salió gracias a la aportación económica de los contribuyentes estadounidenses. Y ahora Obama quiere recuperar parte de ese dinero, pues reclama 30.000 millones de dólares a los bancos.