El Grupo Santander no es ajeno a la crisis. Aunque aguanta el tipo. En los nueve primeros meses, el banco se anotó un beneficio neto atribuido de 5.303 millones de euros, lo que supone un descenso interanual del 13 %. El consejero delegado de la entidad, Alfredo Sáenz, no pudo ser más claro: «Con la que está cayendo, estamos contentos, son unos resultados sólidos». «El Santander es un banco que no tiene fatiga de materiales», añadió.
Esa solidez la consigue el Santander gracias, básicamente, a su diversificación geográfica y de negocios. Y es que el mapa de las fuentes de riqueza de la entidad financiera cambia a pasos agigantados. España, que ya venía cediendo terreno desde hace tiempo, solo aportó un 10 % de los resultados, la tasa más baja nunca registrada. Sáenz se mostró confiado en que los números de la división española hayan tocado suelo en cuanto a su aportación y que ese 10 % sea «transitorio».
Morosidad
«Si se normaliza la situación en un par de años, eso aumentará; de hecho creo que eso ya está sucediendo», sentenció. La debilidad española se aprecia en la ratio de mora, que se eleva al 5,15 % frente a un porcentaje de fallidos general en el banco del 3,86 %.
El problema, explicó el ejecutivo, no son los préstamos a las familias, en donde los impagados están controlados, sino los créditos a promotores, donde la mora se eleva al 24 % y subiendo. Sáenz, que reconoció su equivocación al señalar hace tres meses que no se pasaría del 5 % en términos generales, cree que esa tendencia continuará al menos durante tres o cuatro trimestres más hasta el 5,8 %. Alfredo Sáenz no prevé que el precio de los pisos sufra en los próximos meses un recorte severo, «a pesar de algunos agoreros que nos comparan con Estados Unidos».