Novagalicia sacude su estructura, crea dos marcas y separa los activos tóxicos
ECONOMÍA
Castellano ficha a dos directivos de Bankinter y BBVA y controlará un servicio de calidad
15 nov 2011 . Actualizado a las 11:49 h.anunció ayer un cambio radical en su estructura, que estará totalmente operativa a partir de mañana. Creará dos marcas: Novagalicia, que operará en Galicia, Asturias, Castilla y León y en el mercado internacional, y NGB, para el resto de España. En Galicia, donde su cuota de mercado es del 42 %, el proyecto será una banca de proximidad, mientras que en el resto del Estado se optará por una fórmula mixta: canales alternativos y oficinas.
Las dos unidades de negocio, representadas en el comité de dirección (ver gráfico adjunto) se unirán a otras dos de nueva creación. Una especializada en banca mayorista, que asumirá corporativa, tesorería y venta de activos propios y tendrá como responsable a Fernando Vázquez de Lapuerta, que se incorpora al proyecto procedente del BBVA. La otra será la unidad de gestión de activos singulares. ¿De qué se trata? Ni el presidente, José María Castellano, ni el consejero delegado, César González-Bueno, quisieron definirlo, aunque reconocieron que equivalía a un banco malo que acogerá los activos tóxicos de la entidad, pero que además gestionará los no estratégicos dispersos y edificios emblemáticos y oficinas en venta.
Estas unidades se unirán a otras direcciones generales de apoyo: riesgos, medios y financiera. De la primera se hará cargo Domingo González, procedente de Caixanova y con influencia en el Banco de España, como demostró en el proceso de fusión. De la de Medios se ocupará Idoia Maguregui, procedente de Bankinter, y de ella cuelga una dirección general adjunta de la que es responsable José Manuel Valiño, quien puso en marcha los sistemas que prevalecieron en la fusión. Gana peso Enrique Tellado, que se hará cargo de la dirección financiera (planificación, presupuestación, control, seguimiento, estrategia y relación con inversores, entre otras).
Hay otras grandes cuatro áreas que dependerán directamente del presidente; su gabinete, al que se incorpora un nuevo servicio de calidad, comunicación y protocolo; auditoría, secretaría general y participadas.
Los cambios afectan a 1.700 personas y comenzaron a comunicarse el domingo por la noche. Luego en cascada: a las diez de la mañana al segundo nivel, y a las dos horas, al siguiente. A las ocho y media de la tarde lo conoció toda la organización. La meritocracia -sin hijos, sin primos ni amigos, como recalcó Castellano- fue la máxima en la estructuración de la organización. Todas las áreas serán medibles por objetivos, y si estos no se cumplen habrá nuevos cambios.