Las comunidades asumen como suficiente la subida estatal del IRPF

erik dobaño REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Solo Madrid amaga una rebaja; Asturias y Valencia aplicarán las ya acordadas en el 2011

11 feb 2012 . Actualizado a las 07:05 h.

La competencia fiscal entre comunidades autónomas derivada de su capacidad para modificar la mitad del IRPF (el denominado tramo autonómico) y mitigar o incidir en el incremento en la carga tributaria a los ciudadanos decretada por el Gobierno el 31 de diciembre es una estrategia que tiene que ver más con el oportunismo político que con las necesidades de recaudación. Gobernadas en su mayoría por el PP, las autonomías parecen asumir como suficiente la subida del impuesto en su tramo estatal. Solo la díscola Esperanza Aguirre ha amagado en Madrid con bajar los tipos de su competencia. El resto, con las excepciones de los territorios forales que cuentan con un régimen fiscal distinto, no tocarán la tasa o se limitarán a aplicar decisiones adoptadas antes de conocer la medida del Gobierno.

«En Madrid, el Ejecutivo regional ha tomado una posición simbólica, porque la rebaja de la que se habla es de centésimas y el coste administrativo de llevarla adelante sería mayor que lo que se ahorraría en la recaudación», explica García Rubio, portavoz de Economía de IU. «No parece probable que vaya a haber una carrera de rebajas como ocurrió en el impuesto de sucesiones. En una situación como la actual, donde al país se le mide por el déficit, iniciar una carrera de competencia fiscal no solo es desacertado, sino suicida; y eso lo saben tanto en las consejerías de Hacienda de las comunidades como en el ministerio», apunta Fernando de la Torre, portavoz de los Inspectores de Hacienda.

El anuncio de que Madrid estudiará en marzo la bajada del IRPF desató una airada protesta del Gobierno catalán. «Se creen más chulos que nadie», dijo el consejero de Interior, Felip Puig. Y añadió: «si puede plantearse esa medida» es porque disfrutan de «un exceso de financiación». «Hay que tener en cuenta que Madrid puede jugar con medidas fiscales -tercia García Rubio- porque hay grandes empresas nacionales domiciliadas allí, así que el IVA se recauda allí, pero se paga en otros lados, lo que también sucede en Barcelona».

Madrid, que ha aplicado dos rebajas en el IRPF en los últimos años, se ha convertido en el punto de todas las comparaciones. El Colegio de Registradores asturiano criticó estos días que su comunidad tenga «los tipos más altos de Europa» y puso como ejemplo las diferencias para el caso de solteros sin hijos que ganen 41.000 euros, que pagarán 100 euros más que si vivieran en Madrid.

Asturias, como Valencia, había decidido elevar el tramo autonómico en la negociación de los presupuestos para este año. En Valencia, el Ejecutivo de Alberto Fabra había aprobado subidas simbólicas de tipos para los tramos más altos que afectarán a unos 14.000 contribuyentes.

Progresividad y equidad

Las comunidades con Gobiernos socialistas ya aplicaron medidas similares (subidas del IRPF a los «ricos») durante el 2010. Lo hicieron Asturias, Andalucía, Cataluña y Extremadura. Ahora ninguna se atreve a tanto -ni siquiera aquellas con problemas para cumplir el objetivo de déficit como Murcia y Castilla-La Mancha-, porque el incremento estatal ha sido enorme. Los tipos medios marginales se elevan de forma significativa, en el entorno del 8 %. La presión fiscal a través del IRPF estará entre las más elevadas de Europa, es cierto. Pero solo en esta tasa. «La subida es más igualitaria en cuanto afecta a todos los españoles, y cumple la progresividad que exige el artículo 31 de la Constitución; pero no estamos hablando de equidad -apunta José María Mollinedo, del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha)-. Porque el gran defecto del IRPF es su dualidad. Las rentas del trabajo tributan a tarifa, pero las del capital lo hacen a tipo fijo».

«Como es sabido, el IRPF no es el tributo que más afecte a las grandes fortunas -añade De la Torre-. Con anterioridad al establecimiento del recargo temporal del IRPF, el 85% de la recaudación provenía de los salarios».

La presión fiscal sobre la renta está entre las más elevadas

de Europa