Exige prudencia a los líderes de la UE y pide al PP que ignore el «ruido»
12 abr 2012 . Actualizado a las 13:31 h.Después de haber vivido la semana de mayor tensión desde que llegó al Gobierno, con una prima de riesgo disparada que le ha obligado a recortar otros 10.000 millones de euros en sanidad y educación, Mariano Rajoy estalló ayer contra los dirigentes europeos que cuestionan públicamente su determinación a la hora de aplicar reformas.
En un discurso ante los diputados del PP, pero abierto a los medios por su expreso deseo, exigió «prudencia» a esos líderes europeos ante una situación de «enorme complejidad» que, según afirmó, no afecta solo a España sino a toda la zona euro. Aunque no dio ningún nombre, su enfado iba dirigido especialmente contra el presidente italiano, Mario Monti, que en la noche del martes culpó a España de la escalada de la prima de riesgo italiana. «Ha habido declaraciones de algunos dirigentes europeos, anoche, de nuevo. Quiero decir que nosotros no vamos contra nadie, no hablamos de otros países, a todos les deseamos lo mejor», dijo Rajoy, que advirtió también de que «lo que es bueno para España es bueno para la zona euro». Afirmó que su Gobierno trabaja para solucionar los problemas de España y del euro y espera «que los demás hagan lo mismo, que sean prudentes en sus afirmaciones».
Aunque Monti era el objetivo principal, el golpe en la mesa de Rajoy, lanzado el día en que los mercados y la prima de riesgo daban un respiro a España, iba dirigido también contra el francés Nicolas Sarkozy, que está utilizando la delicada situación de España en su campaña electoral, y contra el gobernador del Banco Central Europeo, Mario Draghi, que le había exigido más reformas. En medio de los rumores sobre una posible intervención de la Unión Europea sobre España, Rajoy explicó que ha habido países «que no pudieron financiarse», en referencia a Grecia, Portugal e Irlanda, los tres intervenidos, pero aseguró que «este no es el caso de España ni va a ser el caso de España en el futuro».
Acercamiento a la prensa
Vista la negativa reacción de los mercados a sus últimas medidas, Rajoy pidió a los diputados populares, en línea con lo dicho recientemente por el ministro de Economía, Luis de Guindos, que desoigan el «ruido» exterior. «Tenemos un plan, un rumbo fijo y cuatro años por delante», señaló, y por ello no hay que prestar atención a lo que «por su propia importancia solo dura 24 horas» sino «concentrarse en lo importante».
Consciente del rechazo que provocan los recortes, aseguró que el actual es «el momento más difícil» porque los «sacrificios compartidos» no dan «frutos aparentes», aunque aseguró que «los efectos se verán con el tiempo, y el empleo y el crecimiento llegarán». No olvidó culpar al anterior Gobierno de la complicada situación al asegurar que «nadie ha recibido una herencia como esta».
Poco antes, Rajoy lavó la imagen de su huida de la prensa en el Senado acercándose a los periodistas en los pasillos del Congreso. Allí, aseguró que tiene «las cosas claras» y también «legitimidad» para aplicar una política económica «dura y costosa» en una «situación excepcional y no puede tomar las medidas «que querrían otros grupos con mucho menos apoyo».