Encomendados al BCE

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Solo la autoridad monetaria puede detener la sangría

17 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«Es el turno del BCE». Esa es la frase que más repiten estos días los analistas. Recuerdan los expertos que, en buena medida, los Estados en el punto de mira -España, la más cuestionada- ya han hecho casi todo lo que podían para reducir, a marchas forzadas, el déficit. El margen de maniobra que les queda es escaso. Siempre, claro, que no quieran arrojar sus economías al pozo de una profunda recesión de la que les costaría Dios y ayuda salir.

Dicen también que si el BCE no actúa habrá tirado por la borda todo lo que ha hecho hasta ahora para contener la crisis. Y que si tarda mucho en decidirse, cuando por fin aparezca en escena puede que la crisis ya sea ingobernable, que haya adquirido una dimensión tal que ya no haya solución. Porque puede que acabe invadiendo otros territorios. Porque por mucho que se empeñen algunos gobernantes en sacar pecho, creyéndose a cubierto de la tempestad, lo cierto es que aquí casi nadie está para tirar cohetes. Sarkozy es uno ellos, porque la situación fiscal de Francia tampoco es ninguna maravilla.

¿Qué es lo que puede hacer el BCE?

Sencillo. Comprar bonos de los países en apuros. Ya lo ha hecho otras veces. Pero nunca empleando toda su artillería. Todo lo contrario. Administra la medicina con racanería. No quiere -o eso parece- que el enfermo mejore. Al menos no tanto como para que se considere curado. A salvo. Lo deja sufrir, a instancias de esa suerte de talibán del déficit en el que se ha convertido Alemania.

Y el verdadero motivo de que Merkel no quiera que el Banco Central Europeo actúe a destajo no tiene que ver con el atávico miedo germano a la inflación (esa que alimentó el monstruo del nazismo). No. Más bien tiene que ver con el convencimiento alemán de que si el Banco Central Europeo saca la chequera para salvar a los Estados del sur, estos dejaran de hacerse agujeros en el cinturón y volverán a las andadas.

¿Qué consigue la autoridad monetaria comprando bonos?

También sencillo. Alejar del mercado a los especuladores. Si quienes apuestan por la caída de España, la pieza de caza mayor tras cuyos pasos andan ahora, saben a ciencia cierta que el BCE no lo va a permitir, se batirán en retirada. Buscarán otro hueso menos duro de roer al que hincarle el diente.

Porque, por mucho que nos cuenten, los que se están llenando los bolsillos con la crisis de deuda -básicamente los fondos de inversión de alto riesgo; hedge funds, se llaman- no están obsesionados con las reformas. La que lo está es la canciller Merkel. Ellos simplemente quieren ganar dinero. Y si consideran que no lo van a conseguir: pies para qué os quiero

¿Se verá España abocada al rescate?

Si algo hemos aprendido a lo largo de esta interminable crisis es que nada es imposible. Pero, en principio, no parece muy probable que se repita una situación como la de Grecia, con quita de deuda incluida. Ahora bien, si la sangría continúa, algunos analistas apuntan la posibilidad de otra suerte de rescate. Esto es, que se emplee el fondo de rescate para comprar bonos en el mercado secundario -donde se negocian los títulos ya emitidos por los países- o para financiar el saneamiento de la banca, algo a lo que se resiste el Gobierno.

análisis cómo evitar que la crisis se haga ingobernable