Alemania experimentó desde 1999 un incremento del 15 % y en Francia e Italia se anotaron subidas del 30 %
26 abr 2012 . Actualizado a las 12:43 h.Los precios de los bienes y servicios subieron en España un 45 % desde 1999, año de la entrada en vigor del euro como unidad monetaria en los mercados financieros, según explica el informe CESifo, presentado este miércoles por la Fundación BBVA. El estudio resalta que ese incremento ha acarreado a la economía española una notable pérdida de competitividad respecto de otros países de la moneda única.
El informe subraya las enormes diferencias competitivas detectadas entre los países del norte de Europa, como Alemania, que experimentaron en el mismo período incrementos de precios del 15 %, y los del sur, que como Francia e Italia se anotaron subidas del 30 %. Uno de sus autores, el profesor del IESE Xavier Vives, explica que ese déficit de competitividad respecto del resto de los socios del euro, sumado a a la burbuja inmobiliaria que originó la crisis financiera y a la imposibilidad de devaluar la moneda conforman la fuente de dificultades que ahora sufre España.
El profesor Vives apunta, como posible solución a esa pérdida de competitividad, una rebaja en las cotizaciones sociales que pagan las empresas por sus empleados, compensada por una subida del IVA que mitigue el efecto negativo que tendría la primera medida sobre los ingresos públicos. Una receta que, además, propone completar con una reforma de los mecanismos de negociación colectiva, que evite el traslado a los salarios del incremento de precios derivado de esa eventual reforma del principal impuesto indirecto.
A escala global, el estudio CESifo señala que el clima económico general se ha «deteriorado considerablemente» desde la primera mitad del 2011 y pronostica que la «desaceleración económica en los países industrializados frene, en cierta medida, el dinamismo económico de los emergentes». Dentro de la zona euro, resalta, la evolución es «cada vez más heterogénea», y combina países con tasas de crecimiento robustas y otros cuyo desarrollo es mucho más débil y está salpicado de problemas, entre ellos España.
Para dar respuesta a la crisis de la deuda, el informe propone introducir activos financieros comunes en forma de letras euro-estándar garantizadas, que permitan a los estados miembros acceder al crédito con tipos de interés bajos, en vez de emitir unos eurobonos que, «en su versión más simple, traerían de vuelta a la eurozona el modelo de crecimiento desequilibrado que experimentó en los años previos a la crisis», señala.