El comisario de Economía está convencido de que España cumplirá el objetivo de déficit
10 sep 2012 . Actualizado a las 11:43 h.En Bruselas tienen el convencimiento de que los sacrificios que está haciendo España para embridar el déficit no están cayendo en saco rato. De hecho, creen que darán sus frutos este mismo año. O al menos esa es la postura oficial que ha decidido enarbolar el Ejecutivo comunitario. El encargado de airearla, el comisario de Economía, Olli Rehn. Y el escenario elegido para hacerlo, Italia, otro de los frentes por donde se desangra el euro.
Rehn aseguró ayer en una entrevista en el diario italiano Il Sole 24 Ore que no será necesario revisar los objetivos de déficit de España porque «conseguirá cumplirlos». Esto es, que creen en Bruselas que el país logrará llegar a final de año con un agujero en sus cuentas del 6,3 %. En las previsiones de primavera, los expertos de la Comisión hablaban de un roto del 6,4 %. Claro que entonces Rajoy todavía no había puesto sobre la mesa la madre de todos los ajustes. El que tuvo que aprobar en julio a cuenta del dinero para el rescate bancario.
Para justificar su recién estrenado convencimiento público en las posibilidades de España, Rehn se agarró a que el país «ha hecho un gran número de reformas». Y mencionó expresamente la del sector financiero. Esa para la que el Gobierno tuvo que llamar en junio a la puerta de sus socios y pedirles 100.000 millones de euros.
Claro que Rehn también advirtió ayer de que «conseguir cumplir los objetivos del déficit será un gran desafío, sobre todo después de la deriva de las cuentas a nivel regional». Y como las cosas parecen estar encarriladas, Rehn mantuvo que España e Italia no tendrán que comprometerse a seguir dándole a la tijera si cruzan el puente que el jueves les tendió el presidente del BCE, Mario Draghi, y solicitan el rescate para que la autoridad monetaria pueda entrar en escena y meter en cintura sus endiabladas primas de riesgo.
«Las ayudas e intervención para aliviar la crisis de la deuda no se basarán sobre nuevas condiciones, sino sobre las ya acordadas entre la Unión Europea y el país implicado», dijo el comisario de Economía. Lo que sí habrá es un «calendario claro» para la aplicación de las reformas prescritas, añadió.
Las palabras de Rehn han debido sonar a música celestial en la Moncloa. Porque esa es precisamente la tesis que defiende el Gobierno: España está embarcada en un esfuerzo titánico para poner en orden sus cuentas y tapiar el agujero de la banca. Todo está encarrilado y se van a cumplir a rajatabla los objetivos. No se le puede pedir más.
Lo que dicen los expertos es que es muy probable que El Gobierno se salga con la suya. Pero advierte, si la recesión se hace más profunda y el paro sigue subiendo, adiós a las posibilidades de cumplir con el déficit. Y, entonces sí, Bruselas mandará desempolvar la tijera.
Promesas incumplidas
No falta, sin embargo, quien recuerda que a Irlanda y Portugal también se les asfaltó el camino hacia el rescate con promesas de que los recortes serían digeribles. Que le pregunten a irlandeses y portugueses si han sido suaves.
Por lo demás, de lo que también están convencidos en Bruselas es de que el Gobierno de Rajoy no tardará en pedir la ayuda. Pero, en cualquier caso, no será este mes. Más bien, a finales del siguiente.
«Las ayudas para aliviar la crisis de la deuda no se basarán en nuevas condiciones»
Olli Rehn