Soria dice que la electricidad no impedirá que Alcoa siga en Galicia

Mar García Balseiro
mar g. balseiro VIVEIRO / LA VOZ

ECONOMÍA

PEPA LOSADA

El responsable de Industria afirma que habrá marco energético estable el 1 de enero. La firma espera «un final feliz», y el comité habla de decepción

03 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El ministro de Industria, José Manuel Soria, dijo ayer en el complejo industrial que Alcoa tiene en San Cibrao (Cervo) que la energía no será un problema para que la multinacional del aluminio siga produciendo en España. En realidad, Soria habló en clave de «compromiso firme, inequívoco, claro y rotundo del Gobierno» en la búsqueda de soluciones al problema de la tarifa eléctrica para los grandes consumidores, entre los que está Alcoa. Reiteró que en esa línea «se está trabajando conjuntamente con la Xunta» y con las empresas. El objetivo es, según el ministro, que «haya» un marco estable que permita asegurar que la competitividad de la gran industria «pueda seguir siendo, al menos en lo que afecta a los costes de energía, la misma que existe en estos momentos». El horizonte, el 1 de enero del 2013, cuando entran en vigor las nuevas tarifas que Alcoa está negociando en la actualidad.

El ministro Soria se reunió con los directivos de Alcoa y con el comité de empresa, en una visita que se esperaba con expectación en el seno de la plantilla, confiando en que hiciera pública una solución definitiva al problema del coste energético que pone en riesgo la continuidad de la producción de Alcoa en el país.

Acompañado del conselleiro de Industria, Javier Guerra, y de otros cargos institucionales, la visita le permitió al ministro conocer de cerca el mayor complejo industrial que la multinacional tiene en España, el proceso de elaboración de la alúmina y el aluminio y las razones por las que el recibo de la luz supone en torno al 40 % del coste de su cuenta de explotación. El único aspecto que concretó ayer Soria, avanzado en el Senado, es que el Gobierno mantendrá los 550 millones de euros con los que se retribuye anualmente a las empresas por la interrumpibilidad (la posibilidad de verter a la red en caso de necesidad de abastecimiento de electricidad para consumo general). En los últimos cinco años se ha pagado sin tener que usar ese servicio, incrementando a su vez el déficit de tarifa eléctrica. «Por tanto los grandes consumidores industriales van a seguir disponiendo de esa cuantía que les permite ser más competitivos frente a quienes producen las mismas cosas fuera», señaló el responsable de Industria del Gobierno central.

Lo que aún está sin zanjar son otros conceptos que inciden en el precio final del recibo, y que abarcan desde peajes a la tarifa de acceso, entre otros. El Gobierno debe buscar fórmulas que en Bruselas no se entiendan como subvención a la industria, y así, Soria insistió en que se persigue un marco «a medio largo plazo» que «dé certidumbre, seguridad y confianza» a las empresas y estabilidad en el tiempo. La duración del contrato es una de las reclamaciones realizadas desde Alcoa, con un mínimo de ocho años, de forma que pueda programar inversiones y hacer proyecciones de mercado.

«Tenemos el marco pero no tenemos escrito qué va dentro de este marco, y es lo que estamos trabajando con la propia empresa», reiteró el conselleiro de Industria, Javier Guerra. Falta saber en qué medida la visita del ministro Soria eliminará el ultimátum que dio hace un mes Alcoa, que fijó el 5 de octubre como fecha a partir de la cual se podrían anunciar medidas, y que está relacionada especialmente con la presión por parte de sus clientes para asegurar que seguirá produciendo.

Un mensaje a sus clientes

El presidente de Alcoa España, José Ramón Camino, calificó de «buena noticia» la presencia de Soria en la factoría y el apoyo del presidente de la Xunta, como reflejo «del esfuerzo» por resolver el problema. «Esperamos que haya un final feliz», dijo Camino. Considera que «es un mensaje importante para nuestros clientes y nuestros trabajadores».

La decepción, sin embargo, imperó en el seno del comité. «Nos hubiera gustado que el ministro dijera, 'esta es la solución', y seguimos esperando», señaló el presidente, José Luis Combarro.