«Yo mismo me he desahuciado»

erik dobaño REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

XOAN CARLOS GIL

A Ricardo le niegan la dación pese a que cumple los requisitos; hoy empezará una huelga de hambre

19 nov 2012 . Actualizado a las 11:31 h.

Ricardo, un vigués de 49 años, lleva unas semanas en casa de sus padres después de haber vendido todos los muebles de su piso. En el 2006 pidió un préstamo hipotecario de 90.000 euros para adquirir una vivienda en el municipio de Salceda de Caselas, a unos veinte kilómetros de Vigo, donde trabajaba. En el 2008 se quedó en el paro y, pese a su empeño, no volvió a encontrar un empleo estable. Hace meses que agotó las prestaciones sociales y no tiene ingreso alguno.

Ricardo afrontó las cuotas de la hipoteca hasta julio gracias al apoyo económico de familiares y amigos y a créditos personales en otras entidades. «Mi voluntad era pagar, porque la casa es lo único que tengo. Vendí todo lo demás. Y solo tenía tres cuotas fallidas, pero no pude más».

Resistió hasta que ya no le quedaba ni para el agua y la luz. Dejó la casa, que sigue siendo suya y por eso no consigue dar de baja los recibos. El banco con el que firmó la hipoteca, Ibercaja, no quiere quedarse con el piso. «Yo mismo me he desahuciado», confiesa horas antes de empezar una huelga de hambre a las puertas de la oficina que rechaza la dación, pese a que Ricardo cumple todos los requisitos exigidos en el Código de Buenas Prácticas e Ibercaja se adhirió al mismo. Pero su cumplimiento es voluntario.

La PAH pide auxilio

Desde la PAH de Vigo-Baixo Miño, Carlota, que ha acompañado a Ricardo en las negociaciones, advierte de que esta entidad «solo está concediendo daciones a extranjeros que dejan el país, e imponiéndoles un préstamo personal cuyos intereses volverán a correr en el momento que regresen». Carlota llama la atención sobre el estado emocional de Ricardo («en una de las visitas al banco, se derrumbó; me asusté de verdad») y lanza un llamamiento para auxiliar a este y a otros afectados.

Dice que la PAH necesita abogados y psicólogos para atender «los muchos casos que nos están llegando», pide que se pongan en contacto con el colectivo a través del correo electrónico (stopdesahuciostbm@gmail.com) para ayudar a personas en situaciones límite. Y cuenta que el Ayuntamiento de Vigo les ha prometido apoyo, pero que «hasta ahora solo hemos recibido buenas palabras y un saludo fugaz del alcalde en una reunión con técnicos hace una semana».

Ricardo tampoco podrá encontrar amparo en el decreto de protección de deudores hipotecarios aprobado el pasado jueves por el Gobierno. No se ha iniciado el proceso de ejecución sobre su vivienda.

«La semana pasada llamaron de la sucursal diciendo que había comprador, luego resultó que nos enviaron a una inmobiliaria para que esta colgara la oferta en un portal de Internet», cuenta el afectado. En agosto pasado acudió a la oficina y el director le explicó que había pensado en ofrecerle la dación. «¿Por qué no lo hizo antes?, ¿no sabía las dificultades que estaba pasando para pagar? Pero ni dación ni nada. Desde entonces solo me han liado con el papeleo, presenté toda la documentación, toda, y me siguen dando largas. No me han dejado alternativa. Primero, dejar el piso; ahora, plantar la tienda y ponerme en huelga de hambre. ¿Qué más puedo hacer?».

Asume que perderá su casa, por la que ya ha pagado unos 40.000 euros, casi la mitad del préstamo inicial, y que, con suerte (si fuerza la dación), se quedará solo con la deuda de los créditos personales, unos 18.000 euros más. Es su última carta, aunque está convencido de que el banco no cederá. «A algún conocido le sucedió, lo tenían agarrado por un aval; es lo que buscan, tenerte trincado hasta que pagues, no quieren el piso, porque con eso no les basta para cuadrar sus cuentas. Eso es lo que les importa».

La PAH le apoyará hoy con una concentración a las diez de la mañana. Habrá una rueda de prensa. Muchos afectados en toda España irán a los juzgados a presentar el escrito en el que piden la paralización de los procedimientos de ejecución hipotecaria sobre primera vivienda al amparo de un dictamen del Tribunal de Justicia de la UE que advierte abusos en la legislación española.

los rostros de la crisis

Está en paro desde el 2008, pero afrontó las cuotas hasta julio pidiendo prestado

Su caso entra en los supuestos del Código de Buenas Prácticas al que se adhirió la entidad