El ministro francés de Economía, Pierre Moscovici, ha asegurado hoy que la calidad del crédito francés sigue siendo «extremadamente elevada» a pesar de que la agencia Moody's le haya retirado la «triple A» y ha recordado que la nota a la deuda que emite París sigue estando muy por encima de las de Roma o Madrid.
«Francia sigue siendo uno de los países mejor calificados en el mundo y en Europa», señaló Moscovici en una rueda de prensa en la que reconoció que está un nivel por detrás de Alemania pero «siete grados por encima de Italia y ocho grados por encima de España», en una escala de 21 niveles. La intervención del titular francés de Economía se produjo después de que anoche la agencia de calificación Moody's rebajara la nota de la deuda francesa a largo plazo en Aa1 con perspectiva negativa por «el riesgo que sufre su crecimiento económico, y por lo tanto sus finanzas públicas, debido a los persistentes desafíos estructurales que afronta el país».
Se trata de la segunda agencia de calificación en tomar esa decisión, después de que Standard & Poor's hiciera lo mismo hace diez meses. Según Moscovici, la rebaja de la nota de Moody's no afecta a los fundamentos de la economía francesa, que siguen siendo fuertes, y refleja el mismo análisis del Ejecutivo sobre la pérdida de competitividad, lo que ya ha llevado al Ejecutivo a tomar medidas. «No hay ninguna razón objetiva para que la calidad de nuestra firma sea manchada», indicó Moscovici, recordando que Francia se financia actualmente a niveles históricamente bajos.
El ministro aprovechó su intervención para subrayar la intención del Ejecutivo de aplicar rápidamente las medias aprobadas para ganar competitividad y confirmó el objetivo de reducir el déficit en 2013 al 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), frente al 4,5 % programado para el presente ejercicio.
«Tenemos la intención de mantener ese ritmo, que es rápido», declaró el titular de Economía, que cree que no se producirá una pérdida de confianza entre Francia y Alemania.
La primera reacción del ministro anoche, tras conocerse la rebaja, fue achacar la pérdida de la confianza financiera al legado del anterior Gobierno, bajo presidencia del conservador Nicolas Sarkozy. El nuevo presidente del partido conservador UMP, Jean-François Copé, señaló hoy en declaraciones a la emisora «RTL» que «el argumento habitual 'anti-sarkozysta' no se sostendrá durante mucho tiempo».