
La Xunta achaca la mortandad a la crecida de los ríos por las lluvias
27 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Las mariscadoras de a pie de la Cofradía de Pescadores de Arcade (Vigo) se han visto afectadas por una repentina mortandad de miles de kilos de almeja en la ensenada de San Simón que les ha arruinado la campaña de Navidad. No habían salido a faenar desde el jueves de la semana pasada y, cuando volvieron ayer, observaron cómo la mayor parte de sus capturas estaban muertas y desprendían mal olor. Los afectados achacan este fenómeno a un vaciado de la presa de Eiras, que abastece de agua potable al municipio de Vigo, y que los lodos arrastrados a la desembocadura taparon los respiraderos de los moluscos.
El pósito valoraba ayer la posibilidad de pedir responsabilidades a la Consellería de Medio Ambiente por los daños causados, y su patrón mayor, José Luis Rubianes Rey, demandaba una mayor coordinación, así como la creación de un rebosadero para evitar que el vaciado de la presa de golpe tenga efectos negativos sobre la costa.
Desmentido
Sin embargo, responsables de Augas de Galicia consultados por este periódico negaron que se hubieran abierto las compuertas del embalse. Afirman que el problema fueron las intensas lluvias que se registraron durante las últimas semanas, que ocasionaron un aumento del caudal de todos los ríos de la provincia de Pontevedra.
Consecuentemente se multiplicó la llegada de agua dulce a las rías y estuarios, lo que pudo ocasionar la mortandad. Al contrario de lo que piensan los mariscadores, desde Augas de Galicia afirman que la presa de Eiras impidió que el desastre fuera mayor, puesto que redujo la cantidad de agua dulce que en los momentos punta llegaba a la ría.
La pérdida de miles de kilos de almeja perjudica a un centenar de mariscadoras que faenan en playas como Area Nova, Malvinas, Estralo o Conejera. La especie más afectada es la japónica, porque es la más abundante, aunque también han aparecido ejemplares muertos de almeja fina.
La cofradía estima que se ha perdido un 90 % del recurso y que ahora habrá que volver a sembrar y a esperar entre uno y dos años a que crezca. «Nos sentimos impotentes y hemos tenido muy mala suerte porque esto ha sucedido en plena época de Navidad, que es cuando podíamos ganar algo», lamentaba ayer María Rosa Vilán, portavoz de las mariscadoras. Biólogos de la Xunta acudirán hoy a la ensenada de San Simón para valorar el alcance de la mortandad.