Jaume Guardiola Romojaro: «Pescanova seguirá siendo el empresón gallego que es»

Rubén Santamarta Vicente
R. Santamarta BARCELONA / E. ESPECIAL

ECONOMÍA

28 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Con la adquisición del Banco Gallego, el Sabadell pone un punto a su estrategia de crecimiento en Galicia. ¿Punto final o punto y seguido? «Aparentemente, estamos muy cerca de tener el tamaño que queríamos», apunta Jaume Guardiola.

-Dicen que se ponen en perspectiva de crecer en Galicia. Entonces vienen con ganas de dar crédito...

-Sabadell no ha parado de dar crédito, pero ahora le está costando. Hay un problema de demanda, porque no hay inversión, y de calidad de crédito por parte de las empresas. Y hay un tercer factor que creo que está estresando más la situación: están desapareciendo entidades, por fusión, nacionalización o porque Bruselas impone caídas de balance... Y el resto no estamos incrementando los riesgos al mismo ritmo que cae en esas entidades. Porque no es un proceso automático. La falta de crédito yo creo que tiene ahora mucho que ver con esa modificación de la oferta, con ese cambio de mapa financiero que no con que el banco apriete empresa a empresa. Sabadell ahí está.

-¿Qué perspectivas se le abren entonces a un empresario gallego con ustedes?

-Los clientes a los que no accedíamos, por falta de capilaridad [de red], tendrán ahora cerca un banco que se implica, que da crédito, que se define como el mejor banco para empresas. Y ahora da el paso a ser un banco universal, más centrado en particulares de rentas medias. Es una buena noticia para Galicia, y para la banca en Galicia, porque hay un competidor más justo ahora que en Galicia pasa lo contrario: entidades que se han fusionado que tienen que reducir su capacidad, como Novagalicia, o la fusión de Popular y Pastor, Santander y Banesto...

-Ya que lo cita, ¿la clientela de Novagalicia, con todo el ruido que hay con las preferentes, las indemnizaciones... Es un buen caladero?

-Todo el mercado es caladero para el Sabadell, y siempre nos gustaría que fuera más por lo que esperan de nosotros que por lo que no reciban de otras entidades. Es mejor gestionar por lo positivo que por lo negativo. No vamos a hacer actuaciones específicas para buscar a los clientes enfadados por lo que sea con otra entidad.

-¿Comprende el cabreo de los clientes de preferentes en Galicia?

-Evidentemente cada entidad ha distribuido esos productos como lo ha hecho. Cuando se ha podido vender de forma poco clara y el cliente ha percibido que era un depósito, en lugar de un producto de capital, entiendo su enfado. En este tema de asumir responsabilidades, todos tenemos que tomarlas, en la medida de cada uno y de lo bien o mal que se han hecho las cosas.

-Este problema también es responsabilidad de la CNMV, el Banco de España...

-La CNMV tiene una responsabilidad en este tema en la fijación de los precios. Cuando uno lanza un producto tiene que pasar por la CNMV y esta valora remuneración, riesgo... Y luego dicta unas normas, que ahora son más estrictas, porque de todo se aprende. Pero la responsabilidad está más en aquellas entidades que teniendo esa aprobación de la CNMV incurrieron en prácticas inadecuadas en su venta.

-Hablando de supervisión y de fallos, ustedes están de lleno en el lío de Pescanova. ¿Cuánto les preocupa?

-Mucho, somos el banco que lidera el pool bancario, con una exposición importante, que la mitad provenía de Sabadell y la otra mitad sorprendentemente de la CAM, que habría que preguntarse qué hacía la CAM ahí... Nos preocupa mucho. En 35 años de profesión, entre España y otros países no había visto nunca una situación como esta. Es una empresa que cotiza y tras dos meses nos llevamos sorpresas a diario, con un nivel de información bajo, y hasta nos sorprende ver a gente de la propia empresa recabando datos entre la propia banca. Yo no tengo respuestas cuando me preguntan sobre Pescanova. Pero hay dos cosas muy obvias: que es una empresa muy importante y que, la mires como la mires, es viable y tiene futuro. No es un sector en decadencia, está en uno con enorme futuro.

-¿Qué falla?

-La gestión, es indudable. Eran necesarios cambios para ganar credibilidad. A la sociedad gallega le diría que esté tranquila, que Pescanova va a seguir siendo el empresón gallego que ha sido hasta hoy.

-Pero por esa gestión, por la falta de información, por la deuda que va engordando, por los movimientos extraños que se han producido... ¿No hay riesgo de que se deteriore la marca y arrastre a la empresa?

-Si continúan mucho las incógnitas puede haber ese riesgo, sí. Por eso decimos que estamos tan preocupados y con ganas de dar pasos y pasar este capítulo. El trabajo va a ser enorme, pero esperamos sobre todo que se aclaren muchas cosas para empezar. Quizá ha habido decisiones equivocadas, inversiones no productivas, falta de racionalidad en tomar decisiones... Pueden haber pasado muchas cosas. Pero no nos ha cambiado la visión de que es un empresa de privilegio.

-¿Ayuda que ahora se haya apartado al actual presidente y al consejo?

-No quiero hablar más concreto, pero es obvio que tenía que producirse un cambio radical en la gestión.