Novagalicia Banco puede activar hasta 4.500 millones en ayudas indirectas a su comprador

RUBÉN SANTAMARTA barcelona / europa press REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Son créditos fiscales que beneficiarían sobre todo a la gran banca española

16 jul 2013 . Actualizado a las 12:20 h.

La venta de Novagalicia Banco, prevista para otoño, tiene un aliciente que se puede convertir en la piedra angular sobre la que pivote la operación: los créditos fiscales. Son una bonificación a largo plazo, compleja de entender, pero que en el caso de la entidad gallega puede suponer que su comprador se lleve, de forma indirecta, unas ayudas de 4.500 millones de euros.

Los créditos fiscales son una bonificación que generan las empresas cuando tienen pérdidas, de tal forma que, en años sucesivos, se pueden ir deduciendo una serie de cantidades comparables a las pérdidas asumidas. Cuando una empresa está en beneficios, paga un 30 % en el impuesto de sociedades (aunque puede sumar algunas deducciones). Cuando hay pérdidas, no lo hace y se generan esos créditos que en el caso banco gallego suman 2.000 millones de euros. Y con otros 2.500 latentes, es decir, que pueden aflorar si se dan una serie de circunstancias, según explican fuentes financieras. Todo consecuencia de las millonarias pérdidas que asumió el banco entre los años 2011 y 2012, y que rozaron los 7.500 millones de euros.

El comprador de la entidad gallega se puede ir deduciendo esos 2.000 millones en 18 años, con un porcentaje determinado ejercicio a ejercicio. Pero solo podrá descontarlo en toda su magnitud si sus beneficios superan los 350 millones de euros anuales. Y si quiere anotarse esos 4.500 millones, las ganancias tendrían que estar por encima de los 700. Si los números están por debajo, no podrá recoger toda esa ayuda indirecta; solo una parte proporcional.

¿Qué entidades están en ese arco de millonarias ganancias? Pues las tres grandes: Santander, BBVA y La Caixa (ahora convertida en Caixabank). Los créditos fiscales son, para estas entidades, un incentivo muy jugoso para participar en la subasta que se abrirá -salvo cambio de idea del FROB- próximamente.

La importancia de esos créditos

Este domingo, en una entrevista publicada en El País, el propio ministro de Economía, Luis de Guindos, revelaba la importancia de esos créditos fiscales cuando se le interrogaba por el futuro de Novagalicia y de Catalunya Banc (que también tiene sus bonificaciones). «¿Darán ayudas a los que compren bancos?», le interrogaban los periodistas. «Hay elementos más importantes, como los créditos fiscales», respondía De Guindos.

Ahora bien, ¿un fondo internacional puede beneficiarse también de esos créditos fiscales? Fuentes financieras aseguran que ese es uno de los puntos que se están negociando ante la venta el banco, y los criterios que habrá en ese proceso no han quedado aún definidos.

El plan que mantiene sobre la mesa José María Castellano -presidente del banco- y su equipo para NCG pasa por que inversores extranjeros recompren la participación que el FROB pone a la venta. Ese fondo podría bonificarse esos créditos fiscales si el banco que compra, Novagalicia, generara esos beneficios anuales por encima de los 350 millones. Algo difícil. Es decir, tendría que conformarse con una bonificación menor, al contrario que otros interesados. Por eso podría partir con una cierta desventaja.

En plena negociación

El debate tiene, además, otras aristas. El Gobierno (los ministerios de Hacienda y de Economía) y el Banco de España está negociando qué se hace con los activos fiscales diferidos (donde están esos créditos fiscales). El gran volumen de provisiones que las entidades españolas tuvieron que hacer a cuenta de los dos decretos financieros de Luis de Guindos del año pasado -provisiones para cubrir el agujero del ladrillo- provocó que se incrementaran enormemente esos activos fiscales, por una cuestión contable. La banca quiere ahora que, como sucede en otros países (la referencia que se está tomando es Italia), esos ajustes tengan algún tipo de compensación. Y pronto, porque las normas de Basilea III descuentan esos activos diferidos. Se estudia ahora que pasen a sumar como capital principal, es decir, que sumen como criterio de solvencia.

«No hay nada definitivo todavía, se está negociando y no está claro tampoco cómo puede afectar todo ello a las subastas en marcha», explican fuentes conocedoras de este procedimiento.