Los resultados semestrales de CaixaBank arrojan un beneficio neto de 408 millones de euros, lo que representa un incremento del 146 %, tras las integraciones contables de Banca Cívica y el Banco de Valencia. En este resultado tiene también un fuerte impacto los recursos destinados a dotaciones y saneamientos, «que se mantienen muy elevados» hasta situarse en 5.383 millones de euros, de los que 2.876 millones se registraron contra resultados y, el resto, contra ajustes a valor razonable de las dos entidades integradas.
Del análisis de la cuenta de resultado se observa que el beneficio antes de impuestos es de 74 millones, con un incremento del 2 % sobre el mismo período del año anterior.
El consejero delegado de la entidad, Juan María Nin, hizo hincapié en que los ingresos de CaixaBank alcanzaron los 3.629 millones de euros de margen bruto, un 6,3 % más respecto al mismo período del año anterior.
Con 13,6 millones de clientes, la entidad ha concedido 82.550 millones en crédito. Su activo se eleva ahora a prácticamente 351.000 millones de euros (+0,8 %), y su volumen de negocio a 526.552 millones (+2,4 % ).
Caixa Bank también mejoró su solvencia, con un core capital del 11,6 %. En cuanto a su ratio de morosidad informó de que se sitúa en el 11,7 %, teniendo en cuenta el impacto de las refinanciaciones, con una cobertura de los impagados del 66 %.
Las comisiones netas crecieron un 6 % en el año, hasta los 890 millones, «por el aumento de la actividad comercial y la especialización por segmentos». CaixaBank informó de que su objetivo es reforzar su liderazgo en banca de particulares con su especialización por segmentos.