La Xunta ve en la venta un paso más para garantizar la viabilidad de NCG Banco
ECONOMÍA
El PSdeG habla de precipitación y AGE y el BNG lamentan que se socialicen las pérdidas para privatizar beneficios
10 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.La venta de Evo Banco al fondo estadounidense Apollo Management por 60 millones de euros desencadenó ayer una cascada de reacciones que evidenciaron, una vez más, el desencuentro existente entre el Gobierno gallego y la oposición sobre el camino trazado para NCG Banco con el objetivo de consolidarse en un futuro. La conselleira de Facenda, Elena Muñoz, considera que la entidad presidida por Castellano cumple con lo previsto en su plan de negocio y calificó ayer la operación de venta como «un paso más para garantizar la viabilidad» de NCG y como «una muestra de apoyo al sistema financiero gallego» porque es la primera vez en años que entran fondos extranjeros en una entidad financiera gallega.
Mientras la Xunta sostiene que se garantizan los 590 puestos de trabajo y la continuidad de la filial de NCG, desde los bancos de la oposición se hace una lectura bien diferente. El portavoz socialista en la Cámara gallega, Abel Losada, habló de una operación «precipitada» y «oscurantista», toda vez que el fondo está especializado en hacer adquisiciones de firmas en dificultades para hacer luego ajustes drásticos y revenderlas para lograr beneficios. En este sentido, emplazó al presidente Feijoo a que dé la cara sobre lo que aparenta ser «capitalismo especulativo de libro». La venta de Evo Banco suscitó todavía una reacción más contundente en el resto de las fuerzas políticas. Yolanda Díaz, viceportavoz de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), se refirió a la consumación de una estafa. «Os contribuíntes aportamos nove mil millóns para NCG Banco e logo socializamos as perdas para que outros obteñan os beneficios». Un argumento compartido por el diputado y portavoz parlamentario del BNG, Francisco Jorquera, quien ha subrayado que su grupo emplazará a Feijoo a explicar si piensa hacer algo para frenar «o expolio ao aforro galego».
Mientras las fuerzas de la oposición ponen el foco en el beneficio privado de un banco rescatado con ayudas públicas, desde los sindicatos se valora que la operación garantice el mantenimiento de los puestos de trabajo. Carlos Peso, de CSICA, consideró la operación una gran noticia para los empleados. «Existe un compromiso de estabilidad de cinco años y se prevé hacer a mayores una inversión de 250 millones de euros», sostuvo.
Clodomiro Montero, de la CIG, hizo una lectura mucho menos entusiasta. «Só a ameaza de despedimento de 590 persoas pode facer que se valore como positivo o que é claramente negativo: traballamos sobre a espada de Damocles dun ERE tras outro e nós defendemos que a única opción viable social e laboral dende un punto de vista de país é a conversión de NCG Banco nun banco público; o resto é elixir entre o malo e o peor», sostuvo Montero.