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Josep Tàpies: «La profesión de empresario no se transmite por herencia»

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Este experto recuerda que el sucesor de una sociedad no tiene por qué estar capacitado para dirigir y gestionar

05 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La primera Cátedra de Empresa Familiar de Europa nació en el IESE (Instituto de Estudios Superiores de la Empresa) en 1987. Más de dos décadas después, su actual titular sigue trabajando a fondo para continuar desentrañando los secretos de la empresa familiar y de las familias empresarias. Josep Tàpies acaba de pronunciar una conferencia en Santiago, invitado por el Colegio Mayor La Estila.

-Se ha escrito mucho de la gestión de la empresa familiar. ¿Cuáles son sus principales errores?

-El primero de todos es lo que llamaría el efecto ADN.

-¿Y consiste?

-Pues pensar que el hijo de un empresario tiene que ser empresario. Se puede heredar una sociedad y ser un buen propietario. Y si esa persona quiere ser violinista, pues dejémosle que sea violinista. Las acciones sí se transmiten en una herencia, pero no la profesión de empresario ni la capacidad para dirigir y emprender. Al sucesor sí hay que recordarle la importancia de mantener la empresa en términos sociales, por los puestos de trabajo, pero esto se puede hacer subcontratando la gestión.

-¿Por qué ocurre tan a menudo esto?

-Pues porque se confunden los lazos afectivos con las cuestiones profesionales. Hay muchos empresarios que ven el negocio que han creado como la obra que culmina una vida. Y la aman tanto que creen que no habrá nada mejor para sus hijos.

-Usted ha hablado en Santiago de la necesidad de romper tres mitos sobre la empresa familiar. ¿Cuáles son?

-Se tiende a pensar que son sociedades pequeñas y no es cierto. Y también que son menos duraderas y menos rentables. Y tampoco es verdad.

-¿A qué retos diferenciales se enfrenta la empresa familiar en este contexto de crisis?

-Yo creo que han partido con una cierta ventaja. Primero, porque muchas se habían internacionalizado y no les ha pillado por sorpresa la crisis de consumo que ha habido en España. En el aspecto financiero, también hay un elemento diferencial positivo. Su mayor aversión al riesgo ha hecho que estén menos endeudadas. Eso que durante mucho tiempo fue una crítica a la empresa familiar se ha convertido ahora en una ventaja competitiva sin parangón.

-¿Y en qué se concreta?

-Por ejemplo en que en el último lustro ha habido muchas empresas familiares que han comprado empresas no familiares. Y eso casi no ha sucedido a la inversa.

-La empresa familiar se queja de la fiscalidad. ¿Usted que opina?

-El tratamiento fiscal que hay ahora en España en sucesiones es muy favorable. Puede haber exenciones de hasta el 95 %. Y esta es una gran labor que hizo en su día el Instituto de Empresa Familiar en su presión al Gobierno, que entendió que había que proteger la transmisión desde el punto de vista del negocio. Otra cosa diferente es el patrimonio de la familia.