Pretenden que un futuro sean los bancos y no los contribuyentes los que paguen las quiebras
10 dic 2013 . Actualizado a las 18:33 h.Los ministros de Economía de la UE se acercan este martes, tras varios días de intensos contactos bilaterales y multilaterales, a un «acuerdo político» para crear una autoridad europea única responsable de liquidar los bancos con problemas y un fondo único, prefinanciado por las entidades, para abordar las quiebras. Este mecanismo es la segunda pieza de la unión bancaria, cuyo objetivo consiste en acabar con la fragmentación del crédito en la eurozona y romper el circulo vicioso entre deuda bancaria y deuda soberana. También pretende que en futuro sean los bancos y no los contribuyentes los que paguen las quiebras. «Espero que podamos progresar hoy, quizás llegar a un compromiso político entre los ministros», ha dicho el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, a su llegada a la reunión del Ecofin. También el ministro francés de Finanzas, Pierre Moscovici, ha dicho que «es posible un acuerdo político hoy», aunque no ha descartado una nueva reunión del Ecofin la semana que viene para cerrar los flecos jurídicos. En el mismo sentido se ha pronunciado el ministro de Economía, Luis de Guindos, que ha dicho que espera «hoy al menos un acuerdo político». «Otra cuestión es que tengamos una reunión adicional para rematar el acuerdo político que hoy alcancemos», ha agregado. El más pesimista ha sido el representante alemán en el directorio del Banco Central Europeo (BCE), Jörg Asmussen. «Espero que logremos reducir las diferencias hoy, probablemente será una tarde muy larga, pero no creo que alcancemos un acuerdo final ya hoy en el Ecofin, así que ya he previsto otro Ecofin antes de la cumbre», ha apuntado.
No obstante, ha sido Asmussen el que ha adelantado las líneas generales del acuerdo, que consistiría en poner en marcha una autoridad única de liquidación «desde el principio» -que podría ser la Comisión, según el ministro francés-, mientras que el fondo único sólo se crearía «al final de un periodo de transición».
De esta forma se vencerían las resistencias de Alemania, que teme que la creación del fondo sea una forma encubierta de mutualizar la deuda bancaria que le obligue a asumir pérdidas de entidades de otros Estados miembros. Berlín había propuesto hasta ahora como alternativa una red de autoridades y fondos nacionales. «Tengo la impresión de que lo lograremos, que al final de un periodo de transición tendremos un fondo único y probablemente una autoridad única desde el principio, así que eso es bueno», ha señalado el representante del BCE. «Para nosotros es clave que durante el periodo de transición, cuando no haya bastante dinero, haya una red de seguridad creíble para el fondo», ha apuntado. Algunos países, liderados por Francia, reclaman la garantía del fondo de rescate de la UE (MEDE). «Estamos en la última etapa para finalizar la unión bancaria, después de la exitosa primera etapa de la supervisión», ha destacado el comisario de Servicios Financieros. A su juicio, la unión bancaria es «la condición de la estabilidad, de la credibilidad de los mercados y sobre todo de la protección de los contribuyentes». «Los bancos deben pagar por los bancos cuando tienen dificultades», ha insistido Barnier.
La Comisión reclama un «sistema integrado, mutualizado y eficaz» y siempre que se garanticen estas condiciones está dispuesta a aceptar compromisos e incluso a renunciar a los poderes de autoridad de resolución. «Si se encuentra una idea mejor que la Comisión para apretar el botón, ¿por qué no? Hace falta que funcione y sea eficaz», ha señalado Barnier. Para Francia también es fundamental crear «un auténtico mecanismo de resolución único, con un fondo que sea realmente único», aunque Moscovici acepta que pueda haber un periodo transitorio. Avanzar en la unión bancaria permitirá, según el ministro galo, «poner fin a la fragmentación financiera, que hace que una empresa, según esté a un lado u otro de una frontera, pague tipos de interés distintos y poner fin a la fragilidad financiera». Por su parte, el ministro de Finanzas sueco, Anders Borg, ha reclamado un compromiso sólido porque «existe un claro riesgo de que esto no sea una solución que realmente refuerce la recuperación».