Según el informe de Oxfam Intermón Gobernar para las élites, la desigualdad crece en el mundo sin freno, ensañándose con los más débiles, permitiendo a los más ricos promover políticas que protegen sus intereses en detrimento de la mayoría y socavando los procesos democráticos y las posibilidades de un crecimiento económico sostenible.
No se confundan. No vivimos en una economía de libre mercado donde una persona con iniciativa, un empresario que quiera enriquecerse lícitamente con su esfuerzo y buena gestión, pueda tener éxito. Es más acertado hablar del «capitalismo de amiguetes» que definió el nobel de economía estadounidense Joseph Stiglitz: la dependencia entre poder político y económico que impide la defensa de los derechos del público y los inversores.
Corrupción y oligopolios frente a meritocracia e igualdad de oportunidades. También en los servicios sociales, donde las oenegés del Tercer Sector defendemos la implantación de cláusulas sociales en la contratación pública y que esta lacra de la avaricia no nos arrastre.
Anímense, el informe sugiere razones y propuestas desde la sociedad civil global organizada. No estamos solos en esta guerra por la dignidad en la que no tiene sentido hablar de pobres de aquí y pobres de allí.
Xosé Cuns es Director de EAPN-Rede Galega contra a Pobreza.