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El trabajo precario sobrevive a la crisis y marca el modelo a seguir

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Todos los puestos perdidos en cinco años eran a tiempo completo

23 ene 2014 . Actualizado a las 11:03 h.

Las crisis más larga de la democracia ha dejado algunas grietas en el mercado laboral que han pasado desapercibidas. La encuesta de población activa (EPA), cuyos datos se harán públicos hoy, muestra cómo solo el empleo más precario ha sido capaz de sobrevivir a cinco años de recesión. Es más, ha crecido levemente en número de ocupados. Sin embargo, toda la destrucción de trabajos se concentra en las jornadas a tiempo completo. O lo que es lo mismo: en los puestos mejor remunerados y de mayor calidad.

Los últimos datos del INE muestran cómo en el 2008 en Galicia había 1.061.000 ocupados a jornada completa. Cinco años después, la cifra se sitúa en 858.000, lo que supone una destrucción de 200.000 empleos. La senda seguida por el trabajo a tiempo parcial es justo la contraria. En el mismo período, cinco años, el número de ocupados ha pasado de 129.000 a 148.000.

Una tendencia que, con toda seguridad, refrendará la EPA que el INE revelará hoy y que los servicios públicos de empleo vienen apuntando. La recuperación del mercado de trabajo no precisaría así de un crecimiento económico tan intenso por la proliferación de los contratos a media jornada, un modelo que ha incentivado la reforma laboral de Rajoy. Esto conlleva un deterioro del mercado de trabajo en términos cualitativos y una mejora en los cuantitativos, lo que ayuda también a borrar parados apuntados. Se destruye un ocupado a tiempo completo, pero se generan tres a media jornada. Trabajo que se crea en los sectores de menor valor añadido bruto por empleado. Las previsiones que maneja el Gobierno central para el 2014 se basan precisamente en la confianza en el empleo a tiempo parcial. Por eso el ministro Luis de Guindos ya ha afirmado que a lo largo de este ejercicio habrá más puestos.

A diferencia de lo que ocurre en los países nórdicos, donde la media jornada se encuentra arraigada por la conciliación de la vida familiar, en España no se trata de una elección de modo de vida. Al contrario, es la única opción. Con los cambios legales introducidos por el PP en la legislación laboral se ha abierto la puerta a las horas complementarias en los empleos de media jornada.

Hay sectores económicos, como pueden ser la hostería, donde a golpe de contratos a tiempo parcial se puede cubrir la carga laboral que venía desempeñado un ocupado a tiempo completo. Eso sí, con un coste laboral mucho más bajo.

El salto que se produce en los ocupados a media jornada se aprecia, sobre todo, a partir del 2012, y es prácticamente imperceptible en los primeros años de la crisis. Entre el 2008 y el 2010, el porcentaje de contratos a tiempo parcial -sobre el total de los firmados- pasó del 27,3 al 28,6 %. Entre el 2011 y el 2013, saltó del 30 al 35 %. La situación actual muestra que la mejora de las empresas ha llegado por la devaluación salarial y el despido, y no por la inversión y el incremento de la productividad, con lo que el nuevo empleo que se genera no es de calidad. A esto se suma que la economía española mantiene el mismo modelo productivo.