José María Arias declara en A Coruña

Gabriel Lemos A CORUÑA

ECONOMÍA

Cesar Quian

Inició su comparecencia pasadas las diez de la mañana. «No podíamos esperar que nos íbamos a meter en este jaleo», asegura el economista que asesora al denunciante

25 feb 2014 . Actualizado a las 16:28 h.

El presidente del Banco Pastor, José María Arias, acudió esta mañana a los juzgados de A Coruña para declarar como imputado por los presuntos delitos de administración fraudulenta, falsedad documental, delito societario y otros dos relativos al mercado y los consumidores. Acompañado de su abogado, José Manuel Nieto, y sin realizar declaraciones, Arias entró en la sede judicial apenas diez minutos antes de las diez de la mañana, cuando estaba citado por la magistrada del juzgado de Instrucción número 3.

Media hora antes habían llegado Iñaki Frade y Carlos Deutu, economista y abogado del bufete que ha presentado la querella en nombre de un pequeño accionista del Pastor. «Nuestro cliente lo único que pretende es aclarar si las operaciones que se hicieron con su dinero son lícitas o no», remarcó Frade, que aseguró que tomaron medidas judiciales después de que la entidad no contestase al burofax que remitieron pidiendo explicaciones.

Sobre el informe del Banco de España que avala la actuación del Pastor, el economista que asesora al denunciante explicó que el regulador recuerda que «las operaciones piramidales forman parte del objeto social de un banco, pero nuestro cliente no está de acuerdo en que el dinero que se capta de inversores como él, que son gente desinformada, pueda ser utilizado para hacer créditos participativos en sociedades inmobiliarias del propio banco». «Ese dinero, que puso el cliente, pasa a ser un fondo propio del banco y es traspasado a otras sociedades como financiación propia y luego es ingresado a través de los intereses de los préstamos. El mismo dinero entra dos veces como beneficio», censuró Frade, que se mostró sorprendido por la repercusión del caso: «Nadie se imagina en lo que se mete hasta que está metido, no nos podíamos esperar que nos iban a meter en este jaleo».

En la declaración, que comenzó con media hora de retraso, estaban presentes la acusación particular y la defensa, no así la Fiscalía, que había comunicado su decisión de no acudir.