El traspaso a Vodafone se da por cerrado, pero está pendiente de la firma
15 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.La venta de ONO a Vodafone por 7.200 millones ya se da por cerrada. Durante este fin de semana, los abogados de todas las partes tienen la tarea de poner en orden los documentos, circularán para recoger las firmas necesarias para que la operación sea firme. En ese momento, la última palabra la tendrán que dar las autoridades europeas de la Competencia, las máximas responsables al ser Vodafone una firma británica. Los reguladores podrían poner alguna pega porque, tras la integración, ambas operadoras tendrán más del 20 % del mercado de banda ancha español.
La previsión que se maneja es que el lunes la documentación esté prácticamente lista. Se recogerá en ella que la forma de pago será al contado: 7.200 millones, de los que 3.800 se los repartirán los accionistas de la compañía, entre ellos grandes fondos de inversión que controlan el 55 % del capital, a los que se suma el fundador de la compañía Eugenio Galdón y el propio presidente de ONO, José María Castellano. Los otros 3.400 millones se corresponden con la deuda que la operadora de cable había adquirido, de los que un 77 % se corresponden con emisiones de bonos.
A partir de que Vodafone firme los contratos y tome las riendas se sabrá si opta o no por fusionar ambas compañías. No parece probable porque una empresa es de móviles y la otra pertenece al segmento del cable. Sin embargo, sí se prevé algún tipo de integración ya que tampoco tendría mucho sentido que se duplicasen los servicios centrales dedicados a financiero, recursos humanos, gerencia, etcétera.
Aunque el dato oficial todavía no ha trascendido, se calcula que la filial de Vodafone podría deducir su factura fiscal en España durante los próximos años en unos 1.100 millones, cantidad que se corresponde con los créditos fiscales que tiene acumulados.
Resultados de la cablera
Por otro lado, ONO cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 24,68 millones, frente al saldo positivo de 52,3 millones del año anterior, mientras que sus ingresos totales mejoraron un 1,6 % en el 2013, hasta los 1.598 millones, según informó ayer la compañía.
Las pérdidas acumuladas a cierre del 2013 responden al impacto negativo por las diferencias de tipo de cambio de la deuda, emitida en dólares, y por los gastos de emisión de los bonos, que completó en febrero.
En cuanto a la cifra de negocio por segmento, los ingresos minoristas cayeron un 1,9 %, hasta los 1.207 millones, debido a la fuerte presión de los precios a la baja, mientras que los ingresos en el área de empresas crecieron un 14 %, hasta los 387 millones.
El beneficio bruto de explotación (ebitda) del grupo se situó en el 2013 en 686 millones de euros, lo que supone una caída del 8,8 % respecto al 2012. La firma indicó que, excluyendo el efecto de la provisión contable resultante de la compañía Auna, el ebitda se habría reducido un 6,1 %.
ONO cerró el ejercicio pasado con una deuda neta de 3.341 millones. Además, el flujo de caja operativo del grupo se sitúo en los 422 millones.