La gran banca dice que el rescate de las cajas le costó más de 16.000 millones

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Miguel Martín se va de la patronal bancaria achacando a las entidades de ahorro la mala imagen del sector

23 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Es difícil tener buena imagen con una economía en recesión, y más aún si se te caen el 30 % de los colegas. Pero no todos somos iguales. Si lo hubiéramos sido, no sé dónde estaría este país». Así cerró Miguel Martín, presidente saliente de la Asociación Española de Banca (AEB), su última comparecencia pública al frente de la patronal bancaria, insistiendo de nuevo en diferenciar la banca «sana» de la «saneada» o rescatada, pese a soportar por igual la pésima reputación pública y a que la primera ha tenido que costear parte de la factura de la reestructuración financiera.

En concreto, Martín aseguró que los bancos habían enjugado hasta ahora 16.117 millones de euros de pérdidas de las cajas de ahorros, lo que supone el 30,4 % de los 53.081 millones totales de ayudas públicas de capital y pérdidas ya materializadas.

Los bancos tradicionales aportaron casi 8.000 millones de euros a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para rescatar a las cajas o pagar a los preferentistas. Según desgranó el presidente saliente, a ello habría que añadir 1.532 millones más destinados a la Sareb -el banco malo- y los costes para rescatar a los clientes de las entidades en problemas. La gran banca, en general, no ha recibido ayudas públicas durante la reestructuración. Aunque dos gigantes, BBVA y Sabadell, sí han contado con ellas para comprar Unnim la primera y CAM y Banco Gallego la segunda. El Popular, también miembro de la AEB, se a pulmón la integración del Pastor.

Vuelta a los beneficios

Tras ocho años en el cargo, Martín se despidió poniendo el foco sobre los resultados de la gran banca en el 2013, año en el que volvió a los beneficios, ganando 7.274 millones frente a los 2.825 de pérdidas del ejercicio previo.

En cualquier caso, y pese a haber regresado a los números negros -las dotaciones y provisiones se redujeron un 40 % el año pasado respecto al anterior-, el ya expresidente no se mostró en absoluto complaciente y habló de un horizonte aún duro, comparando el 2014 con un maratón en el que «se sufre todo el tiempo». De hecho, pese a los beneficios, indicó que «en España ya no se gana dinero haciendo banca en estos momentos», algo que habrá que recuperar planificando el negocio «no para el año próximo sino para la década siguiente».

Con los resultados en la mano, calificó de «gran tragedia» que los bancos de la AEB ganen «mucho menos» que el resto de las entidades (banca rescatada).

Al respecto, subrayó que esa debía de ser una de las «lecciones aprendidas» de la crisis, pues era necesario crear un sector financiero «más sólido, eficiente, viable y competitivo», no rescatar entidades, ya que es «la banca sana la que sostiene al sistema y a la economía».