José Antonio Orozco: «Azkar acompañará a las firmas gallegas que salgan al mundo»

Miguel Cabana
miguel cabana LUGO / LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

Aumentó sus ventas un 9,2 % en el 2013, año de su compra por Dachser

11 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

José Antonio Orozco Fernández (Palas de Rei, 1964) es el presidente del consejo de administración de Azkar desde el 14 de enero del 2013, el día de su 49 cumpleaños. Hasta entonces había sido consejero delegado de la empresa de transportes, en la que entró en 1986 con 26 años y en la que, tras pasar por varios cargos, llegó a director general. Fue nombrado presidente por los nuevos propietarios, la multinacional alemana Dachser, que compraron Transportes Azkar a Luis Fernández Somoza en diciembre del 2012.

-¿Su trayectoria profesional está vinculada solo a Azkar?

-Como trabajo estable, sí. De joven estudiante hice mis pinitos de camarero, luego monté una academia con un socio y empecé en Azkar de consultor externo cuando se implantó el IVA en 1986, con Daniel Dablanca. El trabajo me gustó más que la academia, y en el 87 Dablanca ya me dio poderes como gerente de la corresponsalía de Azkar en Lugo. Tenía 23 años. En 1989 me hice cargo de la delegación de Ourense, y en el en el 98 le vendimos al delegado de Azkar Coruña y Pontevedra, Luis Fernández Somoza, el 100 % de las corresponsalías de Lugo y Ourense. Somoza me pidió que hiciese la integración de las delegaciones. En el 2000 me nombró director general de Azkar Grupaje, momento en el que Somoza ya era propietario de la compañía. De ahí que en el 2002, me ofreciera el cargo de director general de Azkar. Un año más tarde, consejero delegado, y, en el 2004, le compré el 5 % de Azkar.

-¿Y ese interés en comprar acciones de la empresa?

-Yo no sé trabajar para otros sin compartir el éxito o el fracaso. Es conceptual. Por eso fui socio en la academia, en transportes Dablanca y en Azkar. Y de hecho, todavía soy socio en Azkar porque le pedí a los nuevos propietarios alemanes tener una pequeña parte. Para mi es una filosofía ser copropietario y sentirme parte del proyecto. Uno quiere más a lo que es de uno, y eso no es malo.

-El crecimiento de Azkar fue espectacular en pocos años.

-En 1999 facturaba 150 millones de euros, y en el 2007, 400 millones. Si no fuese por la crisis, hoy estaríamos por encima de los 700 millones, pero aún así estamos en 569.

-Dachser compra en diciembre Azkar ¿ha perdido así su galleguidad?

-Hoy Azkar es una empresa global y en realidad no fue gallega porque tuviese un presidente [Fernández Somoza] y un consejero delegado [Orozco] gallegos. Fue una empresa con sede en el País Vasco, y que tenía negocios por toda España, pero sigue teniendo más de 500 empleos en Galicia entre autónomos integrados y personal de plantilla, y nuestra idea es seguir aumentando el trabajo aquí. Galicia tiene oportunidades porque, a pesar de ser un córner, es sede de empresas emblemáticas, por ejemplo en la moda, o la automoción, o las conservas. Galicia es una referencia sobre todo en productos de calidad. Ocurre por ejemplo ahora en el sector del vino: hay una serie de empresas en las cinco denominaciones que ya están saliendo al mundo y Azkar los va a acompañar. La empresa gallega ha dejado de pensar en local y está empezando a pensar en multinacional. Y eso es bueno para la gente de aquí, porque tenemos que empezar rejuvenecer la pirámide poblacional arraigando a la población con el trabajo. Y el sector primario es lo nuestro y lo de más calidad que tenemos, con nuestras conservas, vinos, hortalizas, etcétera, que estamos obligados a poner en valor.

-¿Cual es su papel con los propietarios alemanes?

-Es el de ser aceite para ir engrasando todos los procesos que convertirán una empresa nacional como Azkar en multinacional. Como conocedor de la casa en casi 30 años, y consejero delegado durante los últimos 12, tengo los conocimientos para ayudar a que esto sea un proceso positivo para los compradores, empleados y clientes. Cuando ese proceso finalice, lo normal es que yo empiece otro proyecto vital. Esto no es para siempre.

-¿Qué futuro le ve a Azkar en esta nueva fase multinacional?

-Muy próspero, porque el ciclo económico está virando a positivo, aunque despacio. Dachser reinvierte el 90 % de los beneficios, y un grupo empresarial con esa filosofía está condenado a triunfar, y así lo está demostrando desde 1931, con una guerra mundial de por medio y dos transiciones familiares. Todo lo que le aporta Dachser a Azkar es positivo, porque le da una dimensión internacional, con 5.000 millones de facturación y presencia en más de 60 países.

-¿Por qué la familia Fernández Somoza decidió vender Azkar cuando iba tan bien?

-Porque Azkar sale beneficiada. Tenía que hacer una transición generacional y era un momento de riesgo. No se vendió nada que cambiase el estatus ni la debilitase, solo se la dotó de capacidad operativa para crecer más fuera de España. El año pasado crecimos el 9,2 % en facturación, y este año estamos dos dígitos arriba, como comentó el consejero delegado, Juan Quintana. Una persona a la que fiché yo para Azkar en el 2002 y que reúne la esencia de lo aprendido durante 12 años en Azkar y suma una gran empatía con Dascher, lo que le augura un gran futuro.

josé antonio orozco presidente del consejo de administración de transportes azkar

«Hay que ganar algo, invertir mucho y crear un entorno humano y de seguridad»

Por su fulgurante carrera se podría pensar que José Antonio Orozco es uno de esos ejecutivos que busca el éxito rápido a cualquier precio, pero las apariencias engañan. Él define así su práctica empresarial: «Tienes que ganar algo, invertir mucho y tratar de que tu entorno esté bien, primero porque te tienen que comprar y porque hay que buscar un ambiente humano, agradable y de seguridad, ya que el trabajo y la empresa son medios para mejorar la calidad de vida de la persona».

-¿Una vez que domina bien la gestión empresarial, podría tentarle la gestión política?

-No, desde ahí ya parece imposible cambiar nada y habrá que hacer las cosas desde la sociedad civil. El sistema está pensado para apropiarse de los recursos del individuo en vez de desarrollarlo. Tenemos que volver a humanizar a la persona, a darle calidad de vida, a hacer una distribución racional de la riqueza y la educación, porque si no, no tendremos vallas suficientes para detener a los que quieran venir o que nos quieran robar. Por ello, desde la Fundación Azkar intentamos humanizar la empresa y colaborar en la educación y el deporte, a través del fútbol sala. Tendré que interpelar por ejemplo a los políticos de Lugo para saber si quieren poner el dinero público en el fútbol y el baloncesto profesional o bien en educación, juventud y sociedad civil. En función de las decisiones que ellos tomen, informar al público. Pero siempre desde la sociedad civil.

-¿Parece que no valora bien el papel de la Administración en el desarrollo económico del país?

-En España impera la política del «y tu más», en vez de la política a medio plazo, del crecimiento y la planificación. Somos un ejemplo de corrupción cuando, por ejemplo, el gallego era y es una referencia en el mundo por ser ordenado, trabajador, que gestionaba bien su negocio, y que con sus beneficios montó los mejores sistemas de prevención, salud y educación en Sudamérica y hasta los exportó luego a Galicia. Pero en la actualidad, los partidos políticos están preocupados en controlar al poder legislativo, ejecutivo y judicial, que ya no están separados, para que el líder del partido tenga poder absoluto y transversal sobre la sociedad.