Afundación arranca con la máxima de hacer «más con menos»

r. s. redacción / la voz

ECONOMÍA

19 sep 2014 . Actualizado a las 13:34 h.

Afundación, la entidad que asume la obra social de las antiguas cajas gallegas de ahorros, ha comenzado a andar con una nueva cúpula directiva, patronato y objetivos, y con una máxima que guiará todo su trabajo: «Hacer más con menos». Lo resumía de esta forma ayer Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación y director también del área de responsabilidad social corporativa en Abanca. Banco y fundación son cosas diferentes, pero no se entiende una cosa sin la otra. Porque, aparte del papel de Escotet (primo a su vez de Juan Carlos Escotet, dueño de Banesco y vicepresidente de Abanca), la entidad financiera aportará al año al menos 5 millones de euros a la fundación, y a partir del 2017, el 3 % de sus beneficios finales.

Sin este balón de oxígeno, a la Fundación Galicia Obra Social (su marca es ese Afundación) le quedarían solo 8 años de vida. Lo admitían los rectores de este ente que gestiona unos 75 inmuebles en toda Galicia (sedes grandiosas en el centro de las ciudades, junto a geriáticos, centros de mayores, escuelas de negocios o guarderías), con programas educativos, socioculturales... Un organismo clave, como clave fue la obra social de las desaparecidas cajas, que llegaron a manejar 100 millones de euros entre la Fundación Caixa Galicia y la Obra Social Caixanova. Ahora hay diferencias importantes. De entrada, el propio presupuesto: este año se quedará por debajo de los 10 millones de euros. De ahí la máxima de Escotet, que abogó por la austeridad, por la eficiencia, por la especialización, por reducir «el bombo y el platillo», en un mensaje claro contra los grandes acontecimientos sociales que protagonizaban las cajas a través de la obra social.

Son otros tiempos y, sin grandes ingresos (la Xunta tampoco aporta), las cuentas apenas cuadran. Afundación cerró el 2013 con unas pérdidas de 13,5 millones de euros, que se dejaron en 7 tras tirar del remanente que tiene todavía (herencia de lo que le dejaron las cajas, y que está en 73 millones). Y este 2014, la previsión es quedar también en números rojos, entre 11 y 12 millones de euros. Un ejemplo de ese agujero: los ingresos que reportan actividades en los grandes centros (los de A Coruña, Vigo, Ferrol, Lugo, Pontevedra, Santiago y Ourense) le permiten cubrir el 10 % de los gastos que generan. «Son claramente deficitarios», añadía Pedro Otero, gerente.

Los gestores descartan la venta de inmuebles para cubrir esos agujeros, y no se incluirá en el plan de viabilidad que presentarán en diciembre. Como tampoco los ajustes de plantilla.