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La maruca se aísla en un gueto

La Voz

ECONOMÍA

22 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

En Noruega, el bacalao -con el permiso del salmón- es el rey. Allí, de esa especie, Gadus morhua, se sabe todo o casi todo. No en vano es el principal sustento de su flota pesquera. Pero en los años malos de bacalao, cobra importancia la maruca, Molva molva, una especie que en muchos casos la picaresca hostelera quiere hacer pasar precisamente por bacalao. Si bien no es objetivo, la maruca es una especie acompañante de la pesca de bacalao. Se captura con palangre de fondo a profundidades de entre 100 y 400 metros. Cuando las capturas de Molva molva comenzaron a cobrar cierta importancia, el ICES aconsejó a Noruega que sondease y profundizase en el conocimiento de esa actriz secundaria para aplicar medidas de gestión. Y en esas entró en acción Enrique Blanco, investigador del instituto de ciencias del mar de la Universidad de Agder, que aprendió en Japón genética de poblaciones aplicada a repoblaciones.

Microsatétites y seguimiento

El equipo de Blanco tomó seis muestras de distintas zonas, realizó análisis genético, implantó microsatélites -una técnica comparable al manejo de huellas dactilares en identificación- y estudió sus movimientos por Islandia, Noruega, el mar del Norte y otros puntos del Atlántico Nororiental. Y descubrió que no había un único stock, sino varios, y que las aproximaciones genéticas se debían a que había intercambios por las corrientes. Pero dieron con un grupo con diferencias significativas. Habita en el Rockall, un pequeño peñón que tiene ante sus pies un cañón profundo en el que, sea por lo que sea, las corrientes y otras condiciones oceanográficas, provocan una suerte de proceso de retención que no permite que la especie se entremezcle en los estadios larvarios. Si a eso se une que se trata de un pez no demasiado dado a nadar, se tiene una isla de la maruca, una especie de gueto de la Molva molva en el Atlántico Noroeste.

Recomendación al ICES

Los estudios de Blanco y su equipo -que estuvo embarcado en una pareja de bacaladeros vascos para realizar sus estudios- sirvieron finalmente para recomendar al ICES que, en lugar de una única cuota, estableciese dos diferentes, puesto que si el TAC (total admisible de capturas) autorizado se pescaba todo en Rockall, se corría el riesgo de causar un serio desequilibrio en esa población.

El resumen de sus trabajos estuvo expuesto en póster a lo largo de la pasada semana en el Palexco.