El precio del crudo ha entrado en caída libre, después de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) haya acordado mantener los actuales niveles de producción. El barril de Brent -el de referencia para países como España- se desplomaba tras la reunión del cartel de productores por debajo de los 72 dólares, lo que constituye un nuevo mínimo desde julio del 2010. Y no hay visos de que el panorama vaya a cambiar a corto plazo.
La OPEP tenía ayer en Viena (escenario de su reunión anual) una oportunidad para reducir su techo de producción y detener así el descenso en la cotización internacional del crudo, que ya alcanza un 33 % en lo que va de año.
Pero los doce países que integran el selecto club de productores acudían al cónclave en un clima de división pocas veces visto antes. Un grupo de ellos, encabezado por Venezuela y Ecuador, eran partidarios de poner fin a esta espiral deflacionista. El ministro de Relaciones Exteriores del Estado bolivariano, Rafael Ramírez, aseguraba antes de la reunión que «todo el mundo tiene que recortar la producción», que desde el 2011 está fijada en un techo de 30 millones de barriles diarios. Irán, que ha tenido que reducir su bombeo de petróleo en 1,5 millones de barriles por las sanciones internacionales, no estaba por la labor de ver mermada su cuota. «Deben reducirla los miembros que han producido más antes», declaraba el ministro de Petróleo iraní, Bijan Zanganeh, antes del comienzo del enclave.
Arabia Saudí gana
Finalmente Arabia Saudí ha impuesto su ley. La monarquía saudí, al igual que otros países del Golfo Pérsico, no encuentra problemas en un escenario de precios bajos, dada su altísima cuota de producción: 9,7 millones de barriles, casi el 30 % del total. Arabia Saudí no ha desaprovechado una nueva ocasión para demostrar su posición dominante en lo que se refiere a los asuntos del petróleo. La decisión de no reducir la producción supone, según diversos analistas, un doble mensaje a la nueva gran potencia petrolera mundial: Estados Unidos.
En primer lugar, que Arabia Saudí está dispuesta a mantener hundidos los precios el tiempo que haga falta. El suficiente como para que el shale oil estadounidense -extraído mediante la técnica de la fractura hidráulica o fracking- deje de ser rentable. Cuanto más baje el precio, menos competitiva será la extracción de crudo de las capas de esquisto. Por otro lado, la monarquía saudí quiere dejar claro que es ella quien tiene la sartén por el mango de la OPEP, y que las cuotas de producción no se mueven sin su aquiescencia.
El producto, en mínimos
En este escenario el barril de Brent se desplomaba por debajo de los 72 dólares, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) caía hasta 67,75 dólares, su nivel más bajo desde el 25 de mayo del 2010. «Si no baja el techo de producción de los países de la OPEP, el precio del Brent podría alcanzar los 60 o 70 dólares antes de Navidad», sostiene Torbjorn Kjus, analista de DNB.
El crudo bajó de los 100 dólares el 9 de septiembre y desde entonces sigue cayendo.