El plazo del segundo rescate concluía el 31 de diciembre de este año
09 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Grecia es un problema descomunal de difícil solución económica y política. Un dato: con un PIB de 180.000 millones de euros, ha tenido que recibir dos rescates de sus socios del Eurogrupo por valor de 240.000. El segundo, teóricamente, concluía el 31 de diciembre de este año, pero ayer el consejo de ministros de Finanzas de la moneda única decidió aprobar una prórroga de dos meses para cerrar todos los flecos, que son muchos. Así lo atestigua la troika, los hombres de negro de la Comisión, el BCE y el FMI. Volverán hoy a Atenas para debatir con el Ministerio de Hacienda qué nuevos ajustes fiscales pueden ser ejecutados para poder desembolsar el último tramo de 1.800 millones aún pendiente.
El problema no solo es económico o social. También lo es político. El primer ministro, el conservador Antonis Samaras, sigue muy contestado por una sociedad harta de recortes. Perteneciente a la familia del Partido Popular europeo y sostenido en el Gobierno por los socialistas, su futuro está más que comprometido por el auge de Syriza, el partido radical de izquierda presidido por Alexis Tsipras, correligionario de Pablo Iglesias y líder absoluto de todas las encuestas de cara a las elecciones legislativas de 2016. Los fantasmas aquí se llaman adelanto electoral.