¿Quién gana y quién pierde con la caída de la cotización del crudo?
ECONOMÍA
Desde que alcanzara su máximo importe hace tres años, el barril de brent ha pasado de costar 110 a 60 dólares esta semana. Pero no todo son bondades
21 dic 2014 . Actualizado a las 18:43 h.Durante años muchos países, sectores económicos e incluso ciudadanos clamaron contra los altísimos precios del crudo. Mientras, en esos mismos años, otros países y sectores económicos se hicieron de oro con esos costes. Por fin ha bajado la cotización. Cuando ese escenario comenzó a invertirse, el pasado junio, se produjo el júbilo. Pero con el paso de los meses, y el descenso paulatino del valor del crudo, también ha empezado a cundir el pánico. Que se pague menos por la gasolina, el gasoil, el fuel, etc... beneficia a algunos, pero, a la vez, perjudica, y mucho, a otros.
Los perdedores
Entre los que están sufriendo a causa de esa caída hay un país que destaca sobre los demás: Rusia. Estos días la situación económica de la república exsoviética roza la catástrofe. Y en esa situación ha desembocado por dos razones: por una parte, le perjudican las sanciones que la comunidad internacional, liderada por Estados Unidos, le ha aplicado por su intervención en Ucrania; y, sin duda, quizás la decisiva, ha sido la caída del precio del petróleo. Rusia es uno de los grandes exportadores de crudo que se mantiene fuera de la OPEP (Organización de Países Productores de Petróleo), por lo que no puede intervenir en las decisiones de esta organización. Y fue precisamente una resolución de la OPEP adoptada hace diez días la que ha provocado que cunda el pánico: mantener la producción a pesar de los precios, lo que ha provocado que estos caigan aún más.
Irán es otro de los grandes perdedores. También en su caso influyen las sanciones internacionales que le ha obligado a reducir su venta de crudo en más de un millón de barriles al día. La economía iraní sustentaba su estabilidad en que el precio del barril estuviera por encima de los 100 dólares, pero ahora a 60 dólares las perspectivas del país se han ennegrecido considerablemente.
Venezuela también es otro de los perjudicados. Como en el caso de Irán, la economía venezolana está soportada en una cotización alta del oro negro, que constituye sus grandes ingresos, para sostener un modelo basado en un enorme gasto social. El descenso del precio del crudo va a traer más problemas a una economía que tiene ya una inflación por encima del 50 %.
Nigeria también lo está sufriendo. El combustible fósil representa el 75 % de sus ingresos para este país que cuenta con la economía más grande de África. Cuando baja el precio del crudo, entra menos dinero en el país, por lo que la situación actual ha obligado al Gobierno nigeriano a recortar un 10?% el presupuesto.
En teoría, pero solo en teoría, Arabia Saudí que es, junto a Estados Unidos, el principal exportador de petróleo del mundo debería ser uno de los que sufrieran por esta situación. Pero la realidad es que ha sido este país el que la ha provocado por su negativa a reducir la producción. La razón es que Arabia Saudí no quiere oír ni hablar de que su cuota de mercado se vea amenazada, lo que ocurriría si la OPEP disminuyera la producción. Como es un país riquísimo tiene reservas suficientes para hacer frente a la pequeña contingencia de ver reducidos sus ingresos y mantendrá así su cuota de mercado.
Lo anterior es lo que sucede en los países que sufren por la caída, pero ese descenso también afecta a sectores y a empresas. Es evidente que la industria petrolera está sufriendo con ello. La británica BP ya anunció la semana pasada que va a comenzar a realizar despidos. Y eso mismo ocurre en todo el sector. Como hay menos ingresos, se reducen los gastos y el primero que desciende es el de las prospecciones, así que los trabajadores de esa área industrial van a ver en los próximos meses cómo desciende el número empleos.
Este escenario arrastra también a los bancos que prestan dinero a estas compañías y que son la mayoría de la grandes entidades financieras. Como las empresas petroleras ingresan menos, precisarán renegociar sus deudas y eso resulta espeluznante para la banca.
Los beneficiados
Unos pierden... pero otros ganan. Los primeros que se están beneficiando de la bajada de precios son los países importadores netos de petróleo. España entre ellos. Además de la española, hay grandes economías para las que la bajada de la cotización supone un enorme alivio, fundamentalmente para China, India, Tailandia o Japón.
Algunos economistas esperaban que, sobre todo en esos países, se produjera un alza en la demanda debido a la reducción de la factura, pero las maniobras de sus gobiernos lo están evitando. Y es que en todos ellos la compra de combustible está subsidiada de alguna forma por el Estado y lo que han hecho los gobiernos de esos países es aprovechar la reducción del precio para eliminar las subvenciones. Así que el precio final que paga el consumidor es el mismo que pagaba cuando los precios eran más altos. China, Indonesia, India, Kuwait, Tailandia, Malasia y Egipto ya han dado ese paso y vendrán más.
Otro de los ganadores es Estados Unidos. Aunque el país norteamericano es exportador de petróleo sigue siendo aún un gran importador, porque es el mayor consumidor del mundo de crudo. Y la bajada de los precios la están notando considerablemente los consumidores. Como se gastan menos dinero en combustible, sobre todo ahora que ha empezado el invierno y que al consumo de gasolina se suma el de las calefacciones, los ciudadanos están ahorrando, ellos tienen más dinero para gastar. Y eso se nota. Las ventas de minoristas crecieron un 7 % en noviembre, la mayor alza en ocho meses, y se espera una gran campaña de navidad, una de esas campañas que consiguen de verdad reactivar la economía.
Y ganan, claro, las compañías aéreas que ven como lo que se lleva la mitad de sus presupuestos, el combustible, es mucho más barato. En los últimos días las acciones de las principales operadoras aéreas estadounidenses han experimentado una escalada que ya no se recordaba: en los últimos seis meses las de American Airlines se han elevado un 25 % y las de Delta, un 35 %.