Las petroleras de EE. UU., obligadas a mantener el ritmo de bombeo

victoria toro CORRESPONSAL / NUEVA YORK

ECONOMÍA

09 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La caída en picado del precio del crudo no es precisamente una buena noticia para las petroleras estadounidenses, que han visto drásticamente reducidos sus ingresos. La única fórmula a su alcance para resucitar la cotización del oro negro es echar el freno al ritmo de extracción. El problema es que no pueden hacerlo, Y eso, porque en los últimos años se han endeudado de tal forma que precisan vender todo el crudo que puedan para obtener ingresos tener ingresos con los que hacer frente a los créditos.

Es precisamente esa deuda la que ha permitido a Estados Unidos aumentar su producción de petróleo un 67 % entre enero del 2009 y septiembre del 2014. Un aumento basado en la extracción con la técnica del fracking, que en ese mismo perío creció un 258 %.

Mientras los precios estaban altos, todo iba bien. Las compañías obtuvieron la suficiente liquidez para cumplir religiosamente con los bancos que les prestaron el dinero para poner en marcha ese costoso negocio. Pero cuando las cotizaciones comenzaron a despeñarse, en junio pasado, todo se complicó.

La deuda total de las petroleras estadounidenses, excluidos los dos gigantes Exxon y Chevron, alcanza los 199.000 millones de dólares. Y algunas de ellas están asfixiadas. El domingo pasado WBH, de Texas, que es el estado en el que se encuentran la mayor parte de ellas, se declaró en bancarrota. Sus prestamistas le cerraron el grifo. Los ojos de las autoridades económicas estadounidenses están puestos ahora en la supervivencia del resto.