Los analistas aseguran que es solo cuestión de tiempo y que dependerá del momento que elija la Reserva Federal para subir los tipos de interés
17 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Las réplicas del terremoto que causó el jueves el Banco Nacional de Suiza (BNS) con su sorprendente decisión de renunciar al control del tipo de cambio del franco, se dejaron sentir ayer en el mercado mundial de divisas. Y zarandearon, sobre todo, al euro, en mínimos históricos frente a la divisa helvética y en el nivel más bajo desde el 2003 contra el dólar, por debajo de los 1,15.
Eso, antes de que el BCE apriete el botón nuclear de las compras masivas de deuda, lo que, en teoría, debilitará todavía más a la moneda única. Sin olvidar, que en el otro lado de la ecuación, la divisa estadounidense está pescando en el río revuelto del franco. Es la moneda helvética uno de los activos refugio más preciados, pero la conmoción que ha generado el corte de sus ataduras frente al euro, ha hecho que algunos, huyendo de los sobresaltos, prefieran, de momento, confiar su dinero al dólar. No es extraño, pues, que, calculadora en mano, anden los analistas intentando ponerle fecha al momento en que un euro valdrá lo mismo que un dólar, algo que no sucede desde el 2002, el año en que la divisa comunitaria llegó al bolsillo de los europeos. Es solo cuestión de tiempo, dicen. ¿Cuánto? Dependerá, argumentan, del momento que escoja la Reserva Federal (Fed) para elevar los tipos de interés, algo que, en principio, podría ocurrir en primavera. De ahí que algunos crean que el verano alumbrará la paridad. A no ser que la recuperación de cartón piedra europea acabe frenando la buena marcha de la primera economía del mundo y la Fed tenga que dar marcha atrás en sus intenciones.
Pero otros creen que tendremos que esperar hasta el año que viene para que euro y dólar se igualen. Entre ellos, firmas tan reputadas en influyentes en el mercado de divisas como las estadounidenses Goldman Sachs y Pimco.
Draghi afina la puntería
Y, mientras, el BCE afina la puntería para el gran disparo. Dicen los analistas que será de gran alcance. Puede que el Banco Nacional de Suiza supiera algo y de ahí sus prisas. Como pista, el representante francés en consejo del Banco Central Europeo, Benoit Coeuré, dijo ayer que «la compra de deuda pública ha de ser grande para ser eficaz»