Tsipras arengó a sus simpatizantes al grito de «han terminado cinco años de humillación» y «acabemos con la troika»
31 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La crisis entre Atenas y sus socios europeos se veía venir ya desde la noche electoral, cuando Alexis Tsipras arengó a sus seguidores al grito de «han terminado cinco años de humillación» y «acabemos con la troika». Pero desde Berlín y Bruselas se recuerda a Atenas que el programa de ayudas financieras que aporta la troika se acaba en solo un mes, a finales de febrero, y que si hasta entonces sus nuevos gobernantes no atienden a las exigencias de sus socios, Grecia podría tener graves problemas de liquidez. No solo se interrumpiría el flujo de las ayudas, sino que Atenas debe para esa fecha devolver 10.000 millones de euros al fondo de rescate europeo. La situación se agravaría aun más ante el hecho de que los bancos helenos dejarían de percibir dinero a bajo interés del BCE y dependerían de ayudas de emergencia del Banco Central de Grecia, que difícilmente podrá conceder ante la amenaza de bancarrota nacional.