
El Ibex rebota un 3,68 % y Rajoy asegura que el parón en Asia no influirá en España
26 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Después de encajar el lunes el mayor desplome en tres años, el verde volvió ayer al parqué. El Ibex 35 repuntó nada menos que un 3,68 %, especialmente animado desde el mediodía tras la bajada de los tipos de interés en China, para reconquistar el nivel de los 10.100 puntos y después de haber tocado un mínimo de 9.500 la víspera. A la mayor caída desde el 2012, tras el rescate financiero y el miedo a una salida del euro, le siguió ayer la segunda mayor subida del año. Pasado el susto, queda por ver ahora si el selectivo español se mantendrá o aún veremos nuevas caídas.
La mayoría de los analistas coinciden en que el pánico del lunes no ha sido más que una «corrección puntual», incluso esperada. Desde el banco de inversión Lazard lo resumen señalando que «regularmente los mercados experimentan severos ataques de ansiedad, que hasta ahora han sido oportunidades de compra». «Creemos que hoy estamos ante el mismo escenario», sostiene Julien-Pierre Nouen, estratega de la entidad, en el informe de ayer, en el que diseccionaba qué hay detrás de la gran corrección de los mercados.
Una lectura similar, es decir, de calma, porque no parece que lo ocurrido nos aboque a otra debacle bursátil global y contagie a la economía real, la hacen otros expertos. El director general de Abante Asesores Gestión, Joaquín Casasús, comenta que «lo que vivimos en las bolsas tiene que ver con China y con la propia dinámica del mercado», es decir, que no afecta a los fundamentales de la economía.
Recuerda que en los últimos años, con los tipos de interés a cero, aumentó el apetito por el riesgo, lo que se tradujo en una subida «muy lineal y sin apenas retrocesos, además del fortalecimiento del dólar». Pero cuando se prepara un cóctel de factores -China, emergentes, precio del crudo, Grecia y a la vista subida de tipos en EE.UU.- que hace cambiar el apetito por el riesgo y coincide con un período estival (con menor volumen de negociación), «la reacción del mercado se exagera». De ahí el pánico vendedor. «Intentar predecir cuándo se va a frenar la sangría es un ejercicio estéril», añade Casasús. «Lo mismo puede darse una recuperación en forma de V que alargarse», concluye.
El analista Ignacio Sebastián de Erice, de Bolsakrak.com, coincide: «La corrección se estaba esperando porque los precios estaban muy altos. Pero el lunes se juntó todo y se perdieron los nervios». Pese a todo, considera que en las próximas jornadas «seguirá habiendo altibajos, aunque no tan salvajes», y que luego se recuperará la senda alcista, algo que suscribe el economista Rafael Galán, aunque augura un septiembre también «movido» por el miedo a China.
El contrapunto lo pone Bankinter. Sus analista consideran que el de ayer fue el «rebote del gato muerto» y que responde a la metáfora de que hasta un minino sin vida rebota al caer contra el suelo, si se precipita desde la altura suficiente. El ajuste vivido por los mercados este agosto es serio y responde al «estallido de la triple burbuja china (crediticia, inmobiliaria y bursátil)». Aseguran «no identificar algún detonante positivo que pueda contrarrestar a corto plazo» los factores adversos que seguirán presionando a la baja, por lo que creen que lo vivido «no es simplemente un ajuste a corto plazo, sino más bien un ajuste estructural y de sobrevaloraciones».
Sin impacto en la deuda
En la tesis de que lo sucedido en China no tiene por qué afectar a España abundó Mariano Rajoy. Desde el Congreso, el presidente envió un mensaje de tranquilidad: «No va a influir en la economía española a corto y medio plazo», por lo que el Ejecutivo mantendrá su previsión de crecimiento este año en el 3,3 %. De hecho, el Tesoro esquivó con éxito el polvorín chino y ayer colocó casi 4.000 millones de euros en letras a 3 y 9 meses, con tipos mínimos y hasta negativos, y con más demanda que oferta.