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Supermario no se rinde

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

RALPH ORLOWSKI | Reuters

El mercado espera que el 3 de diciembre anuncie nuevas medidas de estímulo

21 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Vive la vieja Europa una recuperación de esas de cartón piedra. Condimentada, además, con riesgos de deflación. A nadie en las altas esferas de la Unión parece preocuparle demasiado el asunto. O por lo menos, no le ponen remedio a la situación. Pero, hay un romano en Fráncfort que no se rinde. Lleva meses, años, luchando para sacar a Europa del agujero. Aunque, claro está, no todos lo ven así. Los hay que dicen que él también está en el ajo. Que no está libre de culpa. Acusación de la que el italiano se defiende recordando que «los incendios no los causan los bomberos».

Hablamos del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. Supermario. Y pronto volverá a la carga. El 3 de diciembre. Ese día se reúne el consejo del Eurobanco y, a buen seguro que volverá a sacar la artillería. Para que suba la inflación (-0,1 % en septiembre) y para intentar revitalizar una eurozona que sigue sin crecer como a todos les gustaría.

Lo medio adelantó hace un par de semanas. Ya saben, diciendo sin decir. Lo habitual en él. Y ayer lo reiteró, esta vez de una manera algo más clara. El BCE hará «todo lo que debe para subir la inflación lo antes posible», dijo en un congreso de banca en Fráncfort.

Sabemos quién, por qué y cuándo. Nos falta el qué. Pero de lo que nadie duda es de que pasarán cosas.

Y algunas pistas de por dónde pueden ir los tiros, ya hay sobre la mesa. Ayer Draghi remarcó que el programa de compra de deuda (el conocido como Quantitative Easing en al jerga financiera) es un instrumento «poderoso y flexible» ya que se puede «ajustar en términos de tamaño, composición y duración». El banquero dejaba así la puerta abierta a un incremento de la potencia del multimillonario programa de compras de deuda que puso en marcha en enero, para disgusto alemán. «Siempre hemos dicho que nuestras adquisiciones irán más allá de septiembre del 2016 [fecha en la que en principio acaba el plazo para adquirir los 1,1 billones previstos, a razón de 60.000 millones al mes] si la inflación no se ajusta a nuestro objetivo: una tasa inferior, pero cercana al 2 %», recordó Draghi no hace mucho en el Parlamento Europeo.

Así las cosas, puede que lo que se apruebe el 3 de diciembre sea alargar la vida del plan o incrementar la potencia de los disparos mensuales. O las dos cosas. Y puede que también decida incluir en la cesta de esas compras nuevos tipos de bonos, como los emitidos por regiones y grandes ciudades europeas, como adelantó hace unos días la agencia Reuters, una biblia para los mercados.

Es una de las balas que podría disparar el italiano el próximo día 3. Beneficiaría sobre todo a Alemania, pero también a Francia, España o Italia.

El BCE ni confirma ni desmiente, pero a Draghi ya se le ha oído decir que «si fuera necesario también se podrían activar otros instrumentos para fortalecer el impacto del programa de compras». ¿El qué?, ¿nuevas rebajas de tipos? No es probable. Más parece que los tiros pasen por apretarle algo más las tuercas a los bancos para que presten dinero en lugar de dejarlo ocioso. Esto es, una nueva rebaja de la llamada facilidad de depósito, el interés con el que la autoridad monetaria remunera el dinero depositado por las entidades en sus arcas. Ya está en tasas negativas (-0,20 %). «En Suiza está en el -0,75 % y en Suecia, al -1,1 %», recordó hace poco en Madrid el vicepresidente de la institución, Vitor Constancio.