
Desde hace más de medio siglo, apuesta por las mejores marcas y el trato personalizado al cliente
15 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La de Jael Joyería es la historia de una saga iniciada hace más de medio siglo que hoy continúa en plena forma, apostando por las mejores marcas del mercado y, sobre todo, por el trato personalizado al cliente. La firma, presente en Santiago de Compostela y A Coruña, ha entrado en la veintena con nuevos proyectos de futuro pero siempre con un ojo en las enseñanzas del pasado.
Este 2015 ha sido un año de expansión y retos para Jael Joyería. La empresa, que inauguró su primera tienda en Santiago en 1994, trasladó su establecimiento de Lugo, abierto desde el 2007, a la calle Compostela de A Coruña. «Abrir en A Coruña era una aspiración desde hace muchos años por razones estratégicas y de negocio, claro está, pero también por motivos personales», explica el director, José María Fernández. El pasado día 3, Jael y Rolex celebraron un cóctel de presentación en el Hotel Finisterre, «en el mismo salón en el que mi esposa y yo celebramos nuestra boda hace 20 años. Aunque nos conocimos en Santiago, ella es originaria de A Coruña».


Esta relación con la ciudad es, según Tono Carabel, responsable de Jael en A Coruña, uno de los puntos fuertes de la firma: «Hemos tenido una muy buena acogida. En los seis meses de vida de nuestra tienda en la calle Compostela hemos hecho ya numerosos amigos, porque eso son para nosotros nuestros clientes». El establecimiento se encuentra enclavado en pleno centro modernista de la ciudad, en la emblemática Casa Viturro, una de las mejores obras arquitectónicas de principios del siglo XX en Galicia.

José María Fernández abrió su primera tienda en la calle General Pardiñas de Santiago de la mano de varias de las casas más prestigiosas del sector de la relojería. El local se convirtió muy pronto en la referencia en la comarca para la venta de relojería, joyería y complementos de lujo. Desde finales del 2014, la tienda compostelana cuenta en su interior con un Espacio Rolex, diseñado especialmente para que el cliente pueda percibir en toda su plenitud la tradición, la precisión y la excelencia de la firma suiza, y una experiencia única en todo el noroeste español.
«Es un orgullo que grandes marcas hayan apostado por nosotros desde el principio», afirma, «aunque estoy seguro de que esta apuesta duraría poco sin una base sólida como la que nos han trasmitido nuestros mayores». Fernández pertenece a la segunda generación de una saga formada por su padre, Ricardo, y su tío, Aladino Fernández Aneiros, que comenzaron a elaborar y reparar piezas de joyería por sucuenta en 1952, en Cedeira. En los años setenta del pasado siglo habían abierto ya un establecimiento propio en Ferrol, desde el que atendían los encargos de instituciones como la Casa Real, la Marina, jefes de Estado o ministerios.