Durante todos estos años, José María Álvarez-Pallete se ha estado formando para saber manejar el cetro
30 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.José María Álvarez-Pallete (Madrid, 1963) es un tuitero empedernido que ayer permaneció mudito en su cuenta de la red social. Aunque, a lo largo del día, su número de seguidores engordó en 400 hasta sumar casi 45.000.
Su foto de perfil cuenta mucho sobre él. Aparece con un pantalón corto, camiseta blanca y un pañuelo de cuadros al cuello, corriendo una maratón. Esta es la especialidad de este licenciado en Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, tanto en la pista como en los despachos. Con 35 años entró en Telefónica, procedente de Cemex. Y no llegó precisamente para ser teleoperador, lo hizo ya por la puerta grande, como director general de finanzas de Telefónica Internacional. Siete meses después, en septiembre de 1999, ascendió a director general de finanzas corporativas en Telefónica. Poco a poco fue escalando puestos, hasta que el propio Alierta, que, por supuesto, se había fijado en él, lo nombró consejero delegado del grupo. Corría el 17 de septiembre del 2012. Ya entonces Álvarez-Pallete fue considerado el sucesor del jefe, y durante todos estos años se ha estado formando para saber manejar el cetro. Su perfil profesional lo inició con 24 años en Arthur Young Auditores. La periodista de Expansión Amparo Polo contaba en el 2012, cuando fue nombrado consejero delegado de la multinacional, que Álvarez-Pallete le había soltado una frase que revolucionó la compañía: «Se puede hacer bailar a un elefante como Telefónica». Ahora tendrá la oportunidad de demostrar si es capaz de convertir un monstruo que vale casi 50.000 millones en una compañía más ágil y cercana a sus clientes. Tampoco podrá olvidar el réquiem de los accionistas: más dinero.