PSA, Volkswagen o Toyota se preparan para una caída del mercado particular y un bum del uso colaborativo
27 jun 2019 . Actualizado a las 12:23 h.La industria del automóvil es uno de los mejores termómetros de la economía y de las tendencias de consumo. Por eso, cuando gigantes como Toyota, BMW, PSA o Volkswagen ponen a sus mejores cerebros a trabajar en fórmula para rentabilizar el fenómeno del coche compartido (carsharing) es que el asunto va en serio.
La imparable irrupción de la conectividad y de las redes sociales han hecho que la concepción del vehículo como un medio de transporte más, desligado del vínculo de la propiedad, se vaya imponiendo por todo el mundo, sobre todo en las grandes ciudades. Y ello ha hecho reaccionar a los fabricantes. Cada vez son más los consumidores que no quieren o no necesitan adquirir un coche de forma particular para tenerlo las 24 horas a su servicio. Es decir, sigue habiendo mercado del automóvil, pero la forma de explotarlo ha de ser diferente.
¿Cómo hacerlo? Hay muchas ideas sobre la mesa. Para Carlos Tavares, presidente de Grupo PSA, que tiene en Vigo su mayor centro de producción de Europa, la clave está en convertirse en un proveedor de soluciones de movilidad.
«No es una contradicción que el Grupo PSA quiera participar del negocio del coche compartido», ha explicado recientemente el patrón de la multinacional francesa. «El problema para nosotros es que los analistas están diciendo que la compra de un coche es una mala inversión porque el 90 % del tiempo está parado», dijo el calculador Tavares, que presume de haber sacado de los número rojos a PSA en tiempo récord. «Pero si incrementamos la frecuencia de uso de esos vehículos, necesitarán una mayor renovación y nosotros haremos más coches», explicó hace unos días en París durante la presentación del plan Free2Move, dotado con 100 millones de euros hasta el 2021.
Conectado y compartido
Con él, PSA quiere ser líder en ofrecer servicios de movilidad a los clientes a través de una incubadora de empresas emergentes como Communauto, Koolicar, Masternaut, Ocean, easyTrip, entre otras, que favorecen el coche conectado y el coche compartido.
Toyota anunció ayer la puesta en marcha de una plataforma de servicios de movilidad (MSPF, por sus siglas en inglés) para proporcionar un servicio de coches compartidos, además de otras funciones de apoyo a los nuevos métodos de movilidad que pretende impulsar.
El fabricante japonés ha desarrollado una caja de llave inteligente (Smart Key Box) que permitirá que los usuarios de estos vehículos puedan abrir y cerrar las puertas del coche, además de arrancar el motor, únicamente con su smartphone.
El fenómeno es imparable. Un ejemplo: apenas han pasado nueve meses desde que Car2Go comenzara a operar en Madrid con una flota de 500 Smart, y la compañía de alquiler de coches compartidos ya ha superado los 100.000 usuarios.
La propia DGT (Dirección General de Tráfico) estudia la implantación de medidas, como la obligatoriedad de señalizar los coches colaborativos con una etiqueta, un epígrafe propio en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) y una normativa específica para ayudar al desarrollo de este tipo de movilidad en las ciudades.
Ningún fabricante está dispuesto a quedarse quieto ante el avance de esta fórmula de transporte. El grupo Volkswagen acaba de confirmar, a través de su consejero delegado, Matthias Müller, que pronto crearán una nueva marca en Berlín dedicada a poner en marcha un servicio propio de movilidad compartida.
El mercado de vehículos eléctricos sufre un revés en octubre y cae un 75 % en Galicia
El mercado gallego de vehículos eléctricos iba bien hasta el pasado mes de octubre, en el que las ventas se desplomaron un 75 %. Tan solo se matricularon dos unidades, frente a las ocho del mismo mes del año anterior. A pesar de este mal dato, el balance anual sigue siendo positivo, con el mejor resultado acumulado hasta la fecha. De enero a octubre, en Galicia se han vendido 48 vehículos cien por cien eléctricos, frente a los 37 del mismo período del 2015, lo que significa un incremento del 29,7 %.
Las matriculaciones de coches eléctricos en el mercado español se situaron en 344 unidades durante el pasado mes de octubre, lo que representa una disminución del 38,1 % y el segundo mes consecutivo de caída, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
Dice la patronal del sector que los vehículos eléctricos son caros, disponen de una autonomía limitada y siempre necesitan tener un enchufe a mano. Esa es la opinión generalizada que existe sobre estos modelos, y lo que explica que cuando toca cambiar de coche los conductores sigan apostando mayoritariamente por los motores de combustión.
En todo caso, Anfac sostiene que el retroceso de octubre se explica por la falta del Plan Movea, de estímulo al vehículo eléctrico, y destaca que potenciar este tipo de tecnologías representa una de las «claves» para avanzar hacia un país más sostenible.
«Los elementos para impulsar los coches alternativos deberían estar basados en incentivos a la compra, a la atención a la infraestructura de recarga, a políticas de movilidad urbana, a compras públicas y a una fiscalidad específica», añade Anfac, que plantea la necesidad de abordar este plan con el nuevo Gobierno.