El pánico desatado por el desenlace de la crisis del Popular se ceba con la entidad
12 jun 2017 . Actualizado a las 08:36 h.Un lustro. Es el tiempo transcurrido desde aquel aciago 9 de junio del 2012 en el que España tuvo que llamar desesperada a las puertas de sus socios europeos pidiendo dinero con el que poner orden en un sistema financiero tapiado con ladrillo. Ingente tarea. Tanto que todavía no ha acabado. Que so lo digan, si no, al Popular.
La intervención del sexto banco español ha vuelto a remover esta semana los cimientos financieros, reviviendo viejos fantasmas. El miedo anda otra vez suelto. Los accionistas del Popular lo han perdido todo, y hay quienes no están dispuestos a correr la misma suerte. Por eso huyen. Aunque no haya motivos palpables para ello. El pánico no entiende de razonamientos ni análisis. Es simplemente eso, pánico.
Y se está cebando con Liberbank. La entidad que alumbró la fusión de Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura está sufriendo de lo lindo en la bolsa. Tanto que en diez días ha perdido casi la mitad de su valor. El martes, un día antes que el Popular mordiera el polvo, las acciones de Liberbank valían 1,09 euros; ayer llegaron a estar a 0,52. Cerraron en 0,68 euros, con una caída superior al 17 %, pero que en los peores momentos del día, cuando más arreciaban las ventas, llegó a ser del 37 %.
Insisten desde la entidad -con una fortísima presencia en Asturias y solo dos oficinas en Galicia- en que nada tiene que ver su situación con la del Popular. Que cualquier equivalencia que se quiera establecer entre los dos casos es «completamente infundada». Resaltan también que las oficinas están trabajando con normalidad y que no se está registrando fuga alguna de depósitos. «Al contrario, siguen entrando».
Los analistas también apuntan a que la desbandada de inversores no está justificada. Aunque, eso sí, ponen el foco en que, una vez desaparecido el Popular, es precisamente Liberbank el banco con la cobertura de ladrillo más endeble del sector. Y recuerdan que la mitad de su cartera de activos problemáticos estaba cubierta por un esquema de protección de activos (EPA)- que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) concedió a Cajastur cuando se quedó con la nacionalizada Caja Castilla-La Mancha- que ya ha expirado.
En medio de la debacle bursátil, y predicando con el ejemplo, para demostrar que las cosas están bien, gestores y grandes accionistas han incrementado estos días su posición en Liberbank. El consejero delegado, Manuel Menéndez, hasta el 0,048 % del capital; y la Corporación Masaveu, cuarto mayor accionista, hasta el 5,7 %.
En la caída en picado de la cotización de Liberbank, como en la del Popular en su momento, están teniendo también un papel fundamental los llamados bajistas. Aquellos que, apostando por el descenso de la cotización, piden títulos prestados para venderlos, después recomprarlos y embolsarse la diferencia antes de devolvérselos a sus propietarios a cambió de una comisión. A muchos la jugada les ha salido más que redonda con el Popular, y ahora quieren seguir haciendo el agosto en pleno junio a costa de Liberbank.