La castaña se enfrenta a su peor temporada de las últimas décadas

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

ROI FERNÁNDEZ

El calor tropical reducirá la cosecha y la facturación del sector en un 50 %

19 oct 2017 . Actualizado a las 17:08 h.

Las altas temperaturas y el tiempo seco de las últimas semanas han supuesto la estocada definitiva para el sector de la castaña, que se enfrenta a una de sus peores temporadas en las últimas décadas. Tanto es así que se prevé una reducción de la cosecha y de la facturación en origen cercana al 50 %. El año pasado se recogieron unos 20 millones de kilos y se ingresaron 35 millones de euros, cifra que en este otoño caerá, aproximadamente, a la mitad. «Falta lo que llamamos la castaña tardía, que a ver si se comporta mejor, pero la campaña está evolucionando muy mal», sostiene Jesús Quintá, empresario del sector y presidente de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Castaña de Galicia.

El kilo de producto suele moverse en una horquilla de entre uno y dos euros, pero estos días, debido a la mala calidad del fruto, apenas pasa del euro. Casi no hay castañas en las plazas de abastos y tampoco se ven en los tradicionales puestos de calle, y en el sector gallego de la transformación industrial hay temor al desabastecimiento.

Fruto pequeño

«Esto no sabemos cómo va a terminar, pero la cosecha actual está teniendo un rendimiento muy bajo», apunta Miguel Areán, el gerente de Castañas Naiciña. «Tenemos un problema no solo de cantidad, sino también de calidad: hay un fruto muy pequeño», aclara. Los productores recuerdan que una buena parte del producto está dañado por insectos y por hongos. En comarcas como la Ribeira Sacra, O Courel o Chantada la preocupación es máxima. A los problemas derivados del tiempo se suman también los ligados a la plaga de la avispilla del castaño, con mucha incidencia en las provincias de Lugo y de Ourense. La solución, según el sector y la IXP Castaña de Galicia, es combatir la avispilla con la suelta de su antagónico natural, el Torymus, lo que ha dado resultados en Italia, Francia o Portugal.

Galicia tiene depositadas en el cultivo y la producción de castaña gran parte de sus expectativas para generar labores que permitan dinamizar el campo y fijar población en un rural azotado por una grave crisis demográfica. La recolección del fruto es ahora una actividad de autoconsumo y de complemento económico para gran parte de las familias. Cada otoño recogen castaña en la comunidad unas 10.000 personas, y hay cuatro industrias comercializadoras.

Toda la cadena de valor mueve unos 40 millones de euros anuales, la mayoría en origen. En Galicia, donde el castaño es una especie autóctona, está aumentando a lo largo de los últimos años el número de explotaciones con criterios profesionalizados Cada hectárea puede dar un rendimiento anual de unos 6.000 euros, según las estimaciones que maneja el sector.

Exportaciones en peligro

Las treinta empresas de comercialización que hay en la comunidad y las cuatro industrias de transformación del producto -las cuatro en Lugo y en Ourense- exportan a más de 40 países, el 50 % en fresco y la otra mitad transformado. Y ahora, más que nunca, están necesitadas de materia prima para cumplir con sus compromisos y ampliar nuevos mercados.