El primer ERE del Santander tras comprar el Popular afectará a 5 centros en Galicia
ECONOMÍA
La entidad quiere recortar 1.585 empleos en España y trasladar a medio millar de empleados
09 nov 2017 . Actualizado a las 17:19 h.El primer ajuste laboral derivado de la integración del Banco Popular y del Pastor en el Santander es bastante más duro de lo que se esperaban los sindicatos. La entidad presidida por Ana Botín les puso este miércoles sobre la mesa de negociación las cifras del recorte de empleo que quiere ejecutar en los próximos meses para reducir la estructura duplicada de servicios centrales e instalaciones dependientes de estos. En total, 1.585 personas de las que se quiere prescindir, de un total de 7.000 que forman el corazón operativo del Santander y el Popular. A estos afectados hay que sumar 575 más con funciones especializadas en el Popular para los que se propone un traslado a dos divisiones del Santander.
En total, este primer ajuste (luego vendrá el de oficinas) afectará a casi 2.200 personas. Hace una semana el número de 1.600 despedidos ya se manejaba internamente. Ahora ya se ha concretado. Y se ejecutará en dos ERE diferentes, uno para cada una de las marcas.
El grueso afectará a Madrid, donde se ubican las grandes sedes centrales de ambos bancos. Pero Galicia no se quedará al margen. Era algo que se temían los sindicatos, y que ayer les concretó la dirección tras una cita en la capital. Según fuentes sindicales, los centros que se verán afectados en la comunidad serán cinco, cuatro en A Coruña y uno en Santiago. Habrá recorte de personal, sin cuantificar, en el edificio central del Pastor en el Cantón coruñés, los servicios de apoyo de Orillamar, la oficina del Popular de la plaza de Vigo en Santiago, la sede regional del Santander en el centro de A Coruña y una oficina de esta marca en la calle Durán Loriga, antigua sede gallega de Banesto, que tiene algunas funciones de apoyo.
En esos cinco recintos trabajan unas 300 personas. Hay, sobre todo, servicios externalizados, como respaldo a la banca por Internet, asesoramiento hipotecario, atención telefónica, recobros... Fueron un compromiso del Popular para minimizar el impacto laboral de la integración del Pastor en el año 2012. Por ahora, el Santander ha mantenido, según fuentes sindicales, que esos servicios de apoyo no se cerrarán al completo, pero verán mermadas sus funciones y su plantilla.
Los sindicatos presentes en la reunión de este miércoles -CC. OO., UGT y CIG, principalmente- coincidieron en censurar por excesiva la cifra planteada por la dirección. La negociación «no ha hecho más que comenzar», dicen, y se esperan cuatro semanas intensas por delante. Los representantes de los trabajadores quieren -además de reducir la cifra de afectados-, limitar la movilidad geográfica, sobre todo cuando la plantilla gallega tuvo que afrontar una considerable mudanza de personal -cuadros medios y altos- a Madrid hace unos años.
Tampoco aceptarán un ERE que suponga salidas no pactadas (por ahora se plantean bajas incentivadas), y quieren mejorar el segmento previsto para las prejubilaciones. El banco plantea esta vía a partir de los 58 años. El problema es que no hay tanta plantilla en los centros señalados que supere esa edad para cubrir este ERE.
Los sindicatos defienden que el mantenimiento de la marca Pastor evitaría el ajuste
El ERE -los dos expedientes, en realidad- planteado por el Santander para ajustar los servicios centrales duplicados es el primer recorte de plantilla tras la integración del Popular y del Pastor. Pero no será el más severo que se espera. Falta todo el cierre de oficinas duplicadas o próximas, que se espera a partir del 2019, una vez que funcione como una sola entidad todo el grupo (se está en pleno proceso de integración tecnológica) y se haya logrado estabilizar el negocio tras el fuerte deterioro que vivió el Popular este año.
Ese futuro segundo ajuste tendrá necesariamente un fuerte impacto en Galicia, donde el Pastor cuenta con la segunda mayor red (sumando una veintena de oficinas con marca Popular), y el Santander, la quinta. Hay coincidencias en 110 concellos, y más de 2.000 empleados en todo este grupo de empresas.
Los sindicatos creen que una manera de reducir ese golpe en la comunidad sería mantener la marca Pastor. Era algo que descartaba la dirección del Santander en junio y que semanas después fue modulando tras constatar el peso que tiene; ahora estudia su mantenimiento. «Es lógico que dos marcas preservan más empleo, y ayudan a mejorar el negocio», dice Javier Castro, de UGT. «A clientela do Pastor demostrou a súa fidelidade, e hai unha vinculación social ao territorio que é moi positiva desde o punto de vista comercial», explica Rosa Conde, de la CIG.