Pharmamar lucha por la licencia comercial para su segundo fármaco

m. s. d. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

BENITO ORDÓÑEZ

El antitumoral Aplidin entra en la semana decisiva para que las autoridades sanitarias de Europa lo aprueben

11 dic 2017 . Actualizado a las 16:54 h.

Arranca una semana decisiva para el grupo Pharmamar. Entre hoy y el jueves, el Comité de Medicamento de Uso Humano de la Agencia Europea de Medicamentos (EMEA) se pronunciará sobre la solicitud presentada por la compañía farmacéutica para comercializar Aplidin, su segundo medicamento contra el cáncer, después del pionero Yondelis, que hoy está a la venta en 90 países.

Los pronósticos no son buenos. El grupo, fundado en Galicia (en donde mantiene dos filiales), aunque con sede en Madrid, cuenta con una opinión desfavorable, porque esa fue la tendencia de voto en la valoración preliminar realizada por parte de este organismo hace unas semanas.

Sin complejos frente a los gigantes del mercado oncológico, y con un potencial de moléculas en cartera (cuatro en estado muy avanzado de investigación), con estimaciones de negocio por encima de los 1.000 millones de euros, a la vuelta de unos pocos años, Pharmamar sometió a examen este segundo antitumoral, confiando en que sería aprobado.

Mal pronóstico

La autoridad sanitaria europea no da esperanzas. «No se prevé que la votación oficial final refleje un cambio respecto a la opinión del Comité, a menos que algo haya cambiado sustancialmente desde el momento del voto tendencial hasta el de la votación final», explicó la EMEA.

Puestos a no caer en el derrotismo, a Pharmamar todavía le quedarían dos bazas frente a la EMEA en su evaluación de diciembre. La compañía no informó sobre previsiones de ventas para este medicamento, pero su impacto económico es bajo, ya que su indicación, al ser una enfermedad rara, es minoritaria. Eso puede ayudar. Como también que Pharmamar ha dado la licencia a la japonesa Chugai (filial del gigante suizo Roche) para las ventas en el mercado europeo. Las malas expectativas sobre este fármaco provocaron un hundimiento del valor de la compañía de más de un 32 % en bolsa, hasta los 2 euros por acción. Un castigo excesivo, en opinión de muchos operadores, sabiendo que Pharmamar tiene intención de apelar casi con toda seguridad esta opinión negativa en caso de verse confirmada.

El grupo mostró su sorpresa ante las valoraciones negativas preliminares, sobre todo porque el estudio, que contaba con el asesoramiento en la elaboración del protocolo de la EMA, cumplió el objetivo principal de forma estadísticamente significativa. La compañía afirma que el último informe después de un año de evaluación de la solicitud no señalaba ninguna objeción mayor e indicaba que podría ser aprobado.