Su papel al frente del banco es más institucional que funcional, porque las tareas ejecutivas recaen en Francisco Botas, consejero delegado
04 may 2018 . Actualizado a las 13:51 h.Eduardo Eraña Guerra entró en el consejo de administración de Abanca, como miembro independiente (es decir, sin vinculación a ningún accionista) en octubre del 2016, cubriendo el hueco que había dejado unos meses antes, por motivos profesionales, Miguel Ángel Capriles, un muy conocido empresario venezolano pariente del opositor Capriles, y vinculado a Juan Carlos Escotet desde hace años.
Eraña ocupa desde este jueves la presidencia de Abanca, aunque se entiende que de manera interina, mientras Escotet negocia el futuro de Banesco, su banco en Venezuela, intervenido por el chavismo. Su papel es más protocolario que funcional, en tanto que las tareas ejecutivas, el día a día, recae en Francisco Botas, consejero delegado, y la docena de miembros del comité de dirección.
¿Quién es Eraña? Pues un hombre más conocido al otro lado del Atlántico que en Europa. Es contador público por la Universidad Nacional de México, su país de origen, y cuenta con más de 40 años de experiencia en el sector financiero como experto en medios de pago. Fue hasta el 2015 presidente de Visa para América Latina y el Caribe; de ahí arranca su relación con Escotet, que también participó en esa sociedad. En Visa asumió la estrategia y proyectos del negocio de la compañía en 44 países. Anteriormente, desempeñó los cargos de vicepresidente ejecutivo en Visa ALC y de presidente de Visa México. Durante su gestión consolidó a Visa como líder en los sistemas de pago electrónico en América Latina y el Caribe, explica Abanca.
Hasta su nombramiento de este jueves, era consejero y presidente de su Comisión de Nombramientos.